HOJA DE RUTA PARA UN PROCESO CONSTITUYENTE DEMOCRÁTICO

Hoja de ruta para el Proceso Constituyente

1. Introducción

¿Cual es el punto de partida de un proceso constituyente?

Las circunstancias y hechos sociales derivados de las crisis política, económica, financiera y ecológica, así como de la desigualdad intrínseca del sistema socioeconómico actual han determinado un orden mundial criminal y depredador donde las pequeñas oligarquías políticas y financieras deciden de forma legal quién va a morir de hambre y quién no. Ante esta situación,  con el objetivo de dotar a los ciudadanos de igualdad política real y no exclusivamente formal, se hace imprescindible una revisión completa de las reglas de juego que rigen nuestra sociedad a través de la Constitución.

Una constitución fija los límites de los poderes del Estado y define las relaciones entre ellos y de éstos con sus ciudadanos, estableciendo las bases del gobierno y la organización de las instituciones. En España, el proceso constituyente parte del reconocimiento de que es necesario superar la Constitución de 1978, que ha quedado obsoleta. Tres de cada cuatro españoles no pudo votarla y quienes la pudieron votar, no pudieron influir en su redacción y contenido, porque el proceso respondió a intereses fundamentalmente partidistas. Probablemente, ese era el único instrumento posible en aquel momento dada la fuerte tutela militar del proceso. Sin embargo, el contexto histórico ha cambiado y ya no salimos de una dictadura sino que estamos en un sistema representativo consolidado, aunque defectuoso. Lo que se pretende en la actualidad es una profundización democrática.

En este sentido, la apertura de un proceso constituyente es fruto de la necesidad de crear un nuevo entorno jurídico y político que quede legitimado por el poder constituyente, el pueblo soberano. No debe permitirse, pues, que quienes ostentan el poder redacten las normas que lo regulan.

 

¿Qué es un proceso constituyente y cuál es su finalidad?

Un proceso constituyente está en el origen de todo sistema verdaderamente democrático y tiene como fin una nueva constitución adaptada a las necesidades actuales de la población. La principal diferencia entre un proceso constituyente y una reforma constitucional es que la reforma plantea sólo un cambio parcial o más superficial en determinados artículos manteniendo el marco constitucional vigente.

El Proceso Constituyente, por definición, es general y amplio, con carácter deliberativo e inclusivo, y tiene como objetivo obtener una legitimidad democrática lo más amplia posible. Por ello, debe brindar a toda la ciudadanía las mayores opciones posibles para participar libre y democráticamente en todo el proceso, ya sea optando a candidato a la Asamblea Constituyente, influyendo en la elaboración de la nueva constitución o participando en la ratificación definitiva del texto constitucional.

En palabras de Antonio del Cabo, catedrático de Derecho constitucional, podemos entender el proceso constituyente como:

La fijación de un pacto básico que se abre cuando existe una convicción generalizada en la sociedad de que el anterior pacto de convivencia ha quedado agotado o cuando se perciben como injustas, ineficaces o insostenibles sus decisiones básicas

2. Fases del proceso Constituyente

En el plano temporal, un proceso constituyente consta de las siguientes etapas que pasamos a describir ordenadas cronológicamente.


2. 1. Fase pre-constituyente

En la fase pre-constituyente, la ciudadanía despierta del letargo. En ella, los ciudadanos más activos manifiestan y transmiten la necesidad de implementar cambios en la organización política. En esta fase de concienciación pública, además de explicarse las causas del descontento, deben contemplarse las características y la naturaleza del proceso que se pretende iniciar así como sus pilares.

El estallido del movimiento 15M en 2011 fue sin lugar a dudas el “big bang” en términos de toma de conciencia colectiva, expresión del descontento social y visualización del potencial de empoderamiento ciudadano. Las causas del descontento mostrado en aquel momento atendían a razones tanto políticas como económicas. A nivel político, el exceso de corrupción, la falta de representatividad e inexistencia de mecanismos de control de los partidos y de las instituciones, así como la imposibilidad efectiva de participar en política más allá del paso por las urnas cada cuatro años. A nivel económico, la falta de soluciones socialmente aceptables a una crisis provocada por una élite extractiva y parasitaria, que no hace sino ahondar en el expolio de la riqueza y en el empobrecimiento del ciudadano medio. Es evidente que las causas del descontento siguen plenamente vigentes.


2. 2. Fase decisoria / Activación del proceso

Cuando buena parte de la sociedad adquiere un determinado nivel de conciencia sobre la necesidad de establecer profundas reformas en el sistema político vigente de un país, sus ciudadanos toman la decisión de promoverlas a través de un acto formal y específico con características procedimentales consensuadas.

Dada la inexistencia de mecanismos efectivos de democracia participativa para convocar un referéndum sobre el proceso constituyente y dado que los poderes establecidos no confluyen con el sentir mayoritario de los ciudadanos, debe establecerse un momento en el cual consolidar socialmente el compromiso de la ciudadanía para arrancar el proceso constituyente. La fecha tentativa, marcada a tal efecto, es el 25 de Septiembre de 2012. Ese día se ha convocado a toda la ciudadanía a rodear el Congreso de los Diputados, forzar la dimisión del Gobierno y abrir un proceso constituyente. Para la efectiva activación sería crucial que en esta fecha la masa social implicada en el evento adquiriese poder destituyente, es decir, la capacidad de deslegitimar al gobierno actual autolegitimándose a sí misma.

Para que esta fase desemboque en una situación en la que la ciudadanía se convirtiera en sujeto constituyente podrían darse tres escenarios recogidos en el siguiente esquema:

Esquema 1: Formas de activación del Proceso Constituyente

Explicación de los 3 escenarios:

Opción 1: La ciudadanía establecería unilateralmente un mecanismo de consulta, cuyo apoyo masivo podría concentrar la legitimidad democrática. Sería el caso de una consulta ciudadana, promovida por una parte de la población, que podría articular mecanismos online y presenciales para que la ciudadanía pudiera mostrar su opinión sobre la necesidad de abrir el proceso constituyente.

Opción 2: En este segundo escenario, la ciudadanía participaría en un proceso electoral anticipado, otorgando el poder a uno o varios partidos cuyos únicos objetivos son abrir el proceso constituyente. Estos partidos reunirían en su programa el conjunto de requisitos, mecanismos y características del proceso constituyente: los plazos, las posibles morfologías de la Asamblea Constituyente y los mecanismos de elección de los integrantes de ésta, así como las posibles formas de participación ciudadana durante la elaboración del texto y su ratificación posterior. Todos estos aspectos deberían ser consultados a la ciudadanía en un referéndum vinculante para así decidir la procedimentalidad constituyente a aplicar.

Opción 3: La presión ciudadana organizada y masiva podría lograr que el vigente poder constituido, muy a su disgusto, cediese directamente a las demandas populares y convocara un referéndum vinculante sobre la activación del proceso constituyente.

El referéndum de activación asociado a cada uno de estos hipotéticos escenarios puede hacer referencia a cuestiones procedimentales (tal y como muestra el siguiente esquema) o limitarse a preguntar sobre la activación (sí/no). Es decir, dicho referéndum podría plantear una de las dos siguientes opciones:

1) la activación del proceso, de modo que las cuestiones metodológicas se decidiesen con posterioridad.

2) la activación del proceso, más la especificación de la metodología asociada a cada fase constituyente.

Esquema 2: Variantes Referéndum

Ahora bien, una vez decidida la  necesidad de iniciar un proceso constituyente ya sea vía opción 1 u opción 2, la ciudadanía tendría que centrarse en consensuar la forma en la que éste podría desarrollarse. Es decir, en tratar los posibles detalles procedimentales.


2. 3. Fase de desarrollo del proceso constituyente

La fase de desarrollo del proceso constituyente es la más compleja. Establece un periodo de debate donde los ciudadanos y los actores políticos reflexionen, deliberen y discutan sobre las principales cuestiones a la hora de configurar esta nueva estructura político-jurídica y sobre las diferentes metodologías para llevar a cabo los cambios deseados. A grandes rasgos, sería necesario consensuar cuestiones en torno a tres puntos: 1) la creación y morfología de una Asamblea Constituyente (AC) que desarrolle el texto constitucional, 2) los mecanismos de elección y acceso a la AC, 3) la forma de interacción entre la AC y la ciudadanía durante el proceso de desarrollo de propuestas, refundición y perfeccionamiento de las mismas y 4) el modo de aprobación del texto.

2.3.1. La definición de la morfología de la Asamblea Constituyente

La Asamblea Constituyente (AC) es el organismo colegiado, compuesto por una serie de personas que, reunidas, tienen como función redactar la nueva constitución. La AC está dotada para ello de plenos poderes al que deben someterse todas las instituciones públicas. Así, la cuestión clave en primera instancia es la de determinar la morfología de la AC, es decir, quiénes la componen. Lo ideal sería que la AC estuviese formada por personas que reflejen y aglutinen el sentir colectivo. Para lograr esta funcionalidad, existen diferentes diseños entre los que escoger. A continuación se detallan algunas de las opciones más relevantes:

i) Candidatos personales e independientes que cumplan con el requisito de contar con un cierto número de avales.

ii) Listas de candidatos propuestas por los partidos políticos (cerradas o abiertas).

iii) Ciudadanos escogidos al azar mediante selección aleatoria (sobre el censo total de ciudadanos o sobre un censo de ciudadanos voluntarios siendo estos mayores de edad y sin impedimentos legales).

iv) Combinaciones entre las variantes anteriores (por ejemplo: que el 50% de la Asamblea Constituyente fuese conformada según la opción i y el otro 50% según la opción iii).

Esquema 3: Morfologías de la Asamblea Constituyente

2.3.2. Metodología de selección de los constituyentes en la AC

La metodología de elección de los constituyentes que integren la AC está en función de la morfología que se decida para la misma. Así, cada morfología de la AC requiere un mecanismo de elección correspondiente. Las diferentes posibilidades condicionales a cada tipo de morfología serían las siguientes:

i) Candidatos personales independientes: La Asamblea Constituyente se formaría mediante elección de candidatos personales que contasen con un número determinado de avales:

i.i) Elección por circunscripción única: se elegirían a todos los candidatos dentro de un ámbito nacional. Todos los ciudadanos podrían votar a cualquier candidato.

i.ii) Elección por circunscripciones: en este caso los ciudadanos sólo podrían votar a los candidatos que se presentaran por su circunscripción.

a) Autonómicas plurinominales: se elegirían varios candidatos dentro de los ámbitos autonómicos (en proporciones adecuadas al total de constituyentes necesarios).

b) Provinciales plurinominales: se elegirían varios candidatos dentro de los ámbitos provinciales.

c) Según distritos uninominales: se elegiría a un candidato por cada X habitantes (por ejemplo, un constituyente cada 100.000 habitantes)

ii) Listas presentadas por partidos políticos: la Asamblea Constituyente se formaría mediante elección de representantes propuestos por los partidos políticos. En esta configuración serían los partidos quienes establecerían las listas de candidatos elegibles. Se contemplan diversos sistemas de elección:

ii.i) listas cerradas: similar al sistema actual donde los partidos presentarían listas y cada ciudadano votaría sólo a una lista.

ii.ii) listas abiertas: los ciudadanos podrían votar a candidatos de distintas listas.

De forma similar a la opción i), estas listas podrían presentarse en una única circunscripción o en varias (provinciales o autonómicas)

iii) Designación por sorteo: La Asamblea Constituyente se formaría mediante la selección aleatoria de ciudadanos escogidos al azar (sobre el censo total de ciudadanos o sobre un censo de ciudadanos voluntarios, se entiende que serían ciudadanos mayores de edad y sin impedimentos legales).

Análogamente a los sistemas de elección, los constituyentes sorteados podrían escogerse de una única circunscripción o de varias (autonómicas, provinciales o por distritos).

Esquema 4: Metodología de acceso a la Asamblea Constituyente


2.3.3. Interacciones entre la AC y la ciudadanía durante el proceso de propuestas y redacción

Las opciones globales para el proceso de interacción entre los constituyentes y la ciudadanía son las siguientes:

i) No interactiva: Los constituyentes redactarían solos valiéndose solo de los asesores y comisiones de apoyo que requiriesen.

ii) Interactiva unidireccional: Los constituyentes redactarían teniendo en cuenta también las propuestas de la ciudadanía.

 Esquema 5:  Interacción unidireccional

iii) Interactiva bidireccional: Los constituyentes redactarían con ayuda de asesores, recibiendo propuestas y pudiendo realizar encuestas regulares a la ciudadanía.

Esquema 6: Interacción bidireccional

A continuación, presentamos un esquema de desarrollo práctico para la interacción bidireccional entre la AC y la ciudadanía en el proceso de redacción, incluyendo el uso de las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías. Básicamente, se trata de habilitar dos canales de comunicación: los ayuntamientos e internet.

 

Esquema 7: Desarrollo del proceso interactivo bidireccional

El proceso de elaboración del texto constitucional se dividirá en tres partes.

  1. En una primera fase, se abriría un plazo de admisión y valoración de propuestas. Desde el principio debería permitirse una doble vía de participación. Una física o tradicional, que se realizaría mediante la elevación de propuestas a través de puntos oficiales de registro en todos los ayuntamientos, y otra virtual, en la red, que haría uso de las nuevas tecnologías de la información. La Asamblea Constituyente recogería las propuestas recibidas y sondearía a la ciudadanía para ir definiendo las características del nuevo texto constitucional.

  1. En una segunda fase, el plazo de admisión se cierra definitivamente y la Asamblea Constituyente entra en la fase de análisis y redacción en la que podrá hacer uso de los asesores técnicos que precise. Los constituyentes podrían seguir lanzando encuestas o convocar referéndums consultivos para terminar de resolver disensos importantes que pudieran surgir durante el proceso de redactado. Todas las reuniones y discusiones de los constituyentes deberían poder seguirse en directo por televisión o streaming. Del mismo modo, quedaría constancia de todos sus acuerdos a través de la publicación de las actas correspondientes. Esta fase culminaría con una propuesta final de nueva constitución a la ciudadanía.

  1. Por último, el texto propuesto se editaría y difundiría, tanto en papel como digitalmente, por todos los medios que se considerasen necesarios, para que toda la población pudiese tener acceso a él. Se daría un plazo mínimo de reflexión y lectura para que la ciudadanía tuviese tiempo de discutirlo y analizarlo. Terminado el plazo, se iniciaría el proceso de ratificación.


2.3.4. Metodología de ratificación del texto

Las opciones para la ratificación de la Nueva Constitución son básicamente dos, flexible y rígida. En la opción rígida se vota la ratificación o rechazo del texto en su conjunto, mientras que en las opciones más flexibles la ratificación del texto se realizaría bloque a bloque o bien artículo a artículo.

 

Esquema 8:  Metodologías de ratificación del texto

3. Conclusión

Es evidente la enorme potencia del concepto del Proceso Constituyente como medio democrático para salir de la grave situación social en la que se encuentra el país. La presencia de una clase política hostil a la realización de cualquier cambio constitucional y a la apertura de un proceso constituyente que pudiese suponer una pérdida de hegemonía son importantes resistencias que la ciudadanía tendrá que superar.

Frente a estas resistencias las experiencias constituyentes tradicionales se han producido y generado mediante la toma del poder por los sectores sociales descontentos a través de un proceso revolucionario que ha desembocado en una ocupación de las instituciones, por una vía violenta que ha roto con el anterior orden jurídico-político.

Sin embargo, las experiencias recientes de América Latina e Islandia han conseguido que el proceso constituyente se realizase mediante procesos democrático-electorales, precedidos de movilizaciones pacíficas y generación de conciencia política en los sectores sociales medios y populares.

Por ello, este escrito pretende aportar, con fines didácticos, una categorización y explicación de las diferentes fases que comprenden un proceso constituyente tratando de mantener una exposición neutra en lo que respecta a la sucesión de las etapas temporales del mismo.

Un proceso constituyente conlleva una complejidad e idiosincrasia propia de los valores democráticos de la sociedad que lo acomete. Sin embargo, a fin de visualizar los diferentes cauces que podría tomar dicho proceso, se han detallado y desplegado las diferentes vías de activación del mismo, las posibilidades morfológicas de la asamblea constituyente, los mecanismos a través de los que sus integrantes accederían a ella así como los modos en los que se podría redactar el texto constitucional y cómo ratificarlo.

Esperamos que este documento sirva de guía a la hora de estructurar los debates que deberían abrirse a partir del 25S y que facilite su tarea a todos los activistas implicados en el cambio social.

FUENTE: http://apoyociudadano25s.wordpress.com/2012/09/22/226/

 

5 comentarios sobre “HOJA DE RUTA PARA UN PROCESO CONSTITUYENTE DEMOCRÁTICO

  1. Pedazo de chorrada , cambiarlo todo para que todo siga como esta, el estado es el enemigo del pueblo y de la Democracia, mientras exista el estado no habrá Democracia y si esta gente pretende “mejorar” el sistema pero no borrarlo de la faz de la tierra son colaboradores del estado, por tanto estado, por tanto enemigos de la Democracia.

    1. No sé cómo quieres organizar socialmente una democracia sin aparataje estatal (administración y legislación, básicamente). Es completamente imposible. A falta de que te expliques, caes en contradicción flagrante. En todo caso, pareces ser anarquista. Saludos.

  2. ¿Que te parece mediante asambleas populares y que la gestion de la administración y la justicia recaiga en el propio pueblo? O acaso somos deficientes mentales para que el aparato estatal nos tenga que pastorear.

    La democracia representativa es un timo , a mi nadie me tiene que repesentar, la Democraca es un hombre un voto en asamblea , lo que se decida sera por mayoria simple y el que me repesenta lo hará por mandato imperativo, no decidirá según su interes o el interes de su partido (o sea del estado) por mi.

    No es posible cambiar nada sin una revolución integral , y los que tengais realmente verdadera intención de trabajar por arreglar esto, deberiais de tener un plan y una hoja de ruta , y no teneis nada , haceis justamente lo que quiere el estado.

    Leed La Democracia y el Triunfo del Estado y Seis Estudios de Felix Rodrigo Mora y entonces los dos sabremos de lo que hablamos.

    1. Verás, una cosa es estar en contra de los sistemas representativos y en eso muchos estamos de acuerdo, inlcuidos los que redactaron el presente artículo. Y otra muy distinta en contra del estado.

      Lo que aquí ves ya es de por sí un principio de ese plan, presenta un abanico de posibilidades, quizá no todas pero sí unas cuantas.

      Por otra parte cualquier modelo de estructura cooperativa en su burocratización al final emula estructuras de estado, es decir se convierte estado en sí misma. El estado no es ni bueno ni malo simplemente depende de quien lo controla. Hoy día lo controlan los partidos políticos y los poderes financieros y por eso actúa de forma defectuosa pero sin los servicios sociales que provee la cosa aún sería peor. Se dan prisa en desmantelarlo por eso. De lo que se trata es de lograr que sea el pueblo quien controle al estado y no el estado quien controle al pueblo. Lo primero es democracia lo segundo es oligarquía.

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