O LUCHAS O AL MATADERO.

A estas alturas la cuestión debería estar clara para todos los ciudadanos, no sólo en las encuestas del CIS, donde aparece una realidad más o menos acorde con lo que está ocurriendo sino que esa misma realidad que aparece en las opiniones de los ciudadanos, tarde o temprano, más bien temprano, se trasladará a la calle en forma de acciones.

No se puede permanecer pasivo ni un minuto más mientras vemos como saquean a los ciudadanos para rescatar a los bancos y a su vez ver a éstos como desahucian a los ciudadanos sin el más mínimo pudor. 300.000 millones de euros han salido del bolsillo del contribuyente para llenar las arcas de las Cajas saqueadas por la corrupción política y sindical que anidaba en sus Consejos de Administración ¿Ha servido para algo? No, al contrario, han servido para que nos sigan tratando como a animales.

Esta crisis no se arregla con medidas de carácter económico, seguimos en el error, pero claro los políticos que son los que toman las decisiones para resolver éste problema creado por ellos, sólo lo pueden hacer en ese sentido porque si lo hicieran por el único camino que le puede dar solución al problema tendrían que irse y eso no lo van a hacer. Ese camino que dará la solución al problema es el aspecto moral de la crisis. Por una degeneración moral vino la crisis y con una regeneración moral se irá y eso significa que hay que echar del panorama político a todos los actuales partidos políticos del régimen de corrupción que nos gobierna y que ha podrido a todas las instituciones.

Una solución que se base en medidas económicas no es suficiente porque además recaerán, como estamos viendo, sobre los ciudadanos, ellos siguen sin tocarse un euro, un privilegio, sin reducir el monstruo insostenible que han creado a base de enchufar a toda su red clientelar que es la que sostiene al régimen corrupto. La solución es única y exclusivamente de carácter moral y consiste en que los ciudadanos tomemos la iniciativa a base de microrevoluciones.

Es posible transformar la sociedad a partir de cambios individuales, de acciones sencillas, de pequeñas cosas tangibles que nos rodean. Son las microrevoluciones que todos tenemos al alcance de la mano en nuestra realidad cotidiana y que nos permiten decir NO con simples actos de rebeldía individual, de desobediencia civil, de insumisión etc… que acaban transformando por completo una realidad colectiva.

Las microrevoluciones no necesitan de liderazgo ni de movimientos políticos que las conduzcan, las microrevoluciones son el arma del ciudadano contra todo tipo de injusticias, son multitud de relaciones de poder entre el individuo y el Estado, el individuo y la sociedad, el individuo y el poder político etc.. que acaban estructurando un cambio real a partir del descontento individual que se expande a la sociedad.

Estas microrevoluciones nacidas de la sociedad civil son las que están cambiando las cosas, veamos como se ha paralizado el asunto de los desahucios gracias a un grupo de ciudadanos anónimos que han decidido con sus acciones hacer despertar la conciencia de toda la colectividad. Otras acciones que han tenido lugar estos días como la quema de una Caja en un pueblo de Burgos o el secuestro de un director de banco en otro pueblo de Valladolid acabarán por acojonar a la clase política impune e inmune y hacer que los ciudadanos sean los que verdaderamente regeneren un sistema podrido que actúa contra ellos. Y no es que esté llamando a la violencia, simplemente me limito a constatar lo que está ocurriendo.

Nada va a cambiar que no cambies tú, un régimen podrido por la corrupción no va a cambiar nada, lo tendrás que hacer tú. Y ahora ya no tendrás excusas con la hipoteca, con la casa, con el trabajo ni con la vida porque lo habrás perdido todo. Ahora se trata de “O luchas o al matadero”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.