La corrupción es España

hezpaña

Caso Pallerols, Caso cooperación, caso EREs, caso Emarsa, caso Gürtel, pero antes, caso Roldán, caso BOE, caso Filesa-Malesa, pero por aquellas fechas, caso Naseiro, caso Ibercorp, mucho antes el caso del envenenamiento masivo de la Colza, después el caso Rumasa o el caso Torras-KIO, caso ITV, rama menor del saqueo de la familia Pujol. Son solo algunos ejemplos de la infinita cloaca de corrupción en la que ha vivido España en el periodo mal llamado democrático. Son  como pequeñas islas de un archipiélago infecto y pútrido no de gulags como el de  Solzhenitsyn, sino de basura y podredumbre. Lo que hubiera debido ser en un régimen democrático la cotidianeidad de la corrupción, de los garbanzos negros propios de cualquier país con recursos, enjuiciada y castigada siquiera con cierta ejemplaridad, ha devenido en un imenso campo repleto de alubias negras entre las que, en el ámbito político, resulta insólito encontrar  alguna sana.

Entre los cómicos más destacados de la nación deberíamos situar a aquellos supuestos periodistas y políticos que afirman que no deberíamos generalizar y que la inmensa mayoría de personas que ocupan cargos públicos no son corruptas. La realidad obvia, demostrable empíricamente, en un sencillo y primario estudio de campo, es que es al contrario: lo que resulta casi una rara avis es la existencia en España de un político honrado. Esa figura verdadera, la del político honrado es tan escasa que no llegaría a completar el aforo de un minicine de cualquier centro comercial de las afueras de una mediana ciudad del país.

Pero lo que en cualquier estado provocaría la caída fulminante del régimen político y su sustitución, siquiera por motivos estéticos (lampedusa) por otro de nuevo cuño, en España resulta, al contrario, la consolidación eterna de la oligarquía dominante. ¿Alguien en su sano juicio puede creer que España seguiría existiendo como tal si se hubiera perseguido la corrupción, es decir, si se hubiese establecido la democracia?. El caso de la familia Pujol no es para nada extraordinario, a pesar del escándalo que ha generado que todo un ex-fiscal jefe reconozca que fue presionado por el gobierno para que no investigara la Banca Catalana. En un país en el que todo un Jefe de Estado admite tener una suculenta cuenta corriente en el extranjero sin regularizar, es decir, sin tributar a hacienda, fruto de una herencia paterna sin que nada suceda, sin que la prensa siquiera lo lleve a titulares, ¿alguien piensa que la corrupción es un mal pasajero que se cura con el tiempo?.

No, la corrupción es España. No es que la corrupción, como dicen algunos ¡¡ahora!! ( Dios Bendito) sea sistémica. La corrupción es el cemento con el que se ha fraguado este estado, este país. Sin ella no habría edificio porque se habría venido abajo como un castillo de naipes hace décadas. Por tanto, y es algo que como decía anteriormente además de no ser coyuntural es comprobable científicamente, no existiría ya el reino de España si no hubiese una corrupción de la magnitud de la que soportamos.

La monarquía no es el cemento,  no es el símbolo de la unidad nacional de España. Sí lo es en cambio la corrupción que ella se ha encargado durante décadas de fomentar. Y no es una opinión, repito, son hechos, realidades tristes de aceptar para buena parte de la ciudadanía, incluso parte de la más innovadora y de izquierdas, que se niega a ver, cual individuo afectado por el síndrome del estrés postraumático, que vive en un lodazal y que su vida podría haber sido mejor si hubiésemos sido conscientes de que no caminábamos por aceras ni circulábamos por calles, carreteras o autovías, sino que pisábamos sobre  millardos de dinero público dilapidado por los integrantes de alguno de los partidos que se habían agenciado (como todo) nuestra representación sin habernos preguntado.

Más escritos de Luis Pueyo García en:

www.elrepublicanosemanal.blogspot.com

5 comentarios sobre “La corrupción es España

  1. Pues cambiemos de gestores,no es tan difícil…es incuestionable que la corrupción en España es parte del sistema,Votemos a otros.

  2. ya siendo niño allá por el año 90 me preguntaba qué coño pinta una monarquía en nuestro país, y una monarquía de forasteros tontos del culo para mayor desgracia.

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