INTERMEDIA Y MEDIA QUE ALGO QUEDA

Desde el 12 de enero, una ola de majadería amenaza con engullir la política española. Aunque en esa fecha se nombró Presidente del Congreso al Sr. López, la susodicha ola no tiene nada que ver con él sino con el sarpullido de pus boba que ese no-tan-magno evento provocó en el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Hasta la fecha, llevamos ya veinticinco días soportando que la Brigada Acorazada Mediática (BAM) nos bombardee con la estridente figura de la Joven Promesa Blanca adjudicándose el supuesto mérito de haber mediado entre los dos grandes partidos, el PP y el PSOE. Todos los bocazas millonarios en audiencia insisten en que, gracias a su audaz intervención, Riverita consiguió el nombramiento de López y, de paso, encarriló al bipartidismo para que termine de una vez su “guerra fría” interna y, más aún, para que los dos Mamuts olviden sus “personalismos” en aras del “superior interés de España”.

Bien se guardó la BAM de mencionar que los mamuts dieron a Riverita la callada por respuesta. Con su silencio, esa Vieja Madama dio a entender que el que calla, otorga. De manera apenas subliminal, introdujo en la plebe la idea de que Rivera había logrado el primero de sus grandes triunfos patrióticos y que éste no consistía solamente en la pinche exalta

ción de López sino en algo mucho más importante: que los ‘bipartidistas’ pensaran en España.

Pero, por favor, hagamos la cuenta de la vieja: con 40 escaños -poco más que la mitad de Podemos-, Ciudadanos no puede mediar entre nadie y menos que nadie entre los mamuts, entre otras razones porque los colmillúos antediluvianos no necesitan que ninguna pija recién llegada les presente porque se conocen desde hace milenios. Y todavía menos que nadie una ratita presumida que está saliendo cegata de la hibernación y que nos quiere hacer creer que no hay diferencia de tamaño entre ella y los mamuts.

Pero la BAM hace de la mentira su razón de ser. En estos días, prosigue su campaña a favor de la ceguera acribillándonos con una propaganda riverista que no resiste ningún análisis y que, esperamos, no ha conseguido que el personal comulgue con unas ruedas de molino tan improvisadas como toscas. De esta ofensiva mediática no podemos ofrecer ejemplos audiovisuales pero sí algunos clips extraídos de la prensa escrita que citamos a continuación (en mayúsculas cuando son titulares):

RIVERA SE OFRECE A FELIPE VI PARA MEDIAR ENTRE POPULARES Y PSOE (22.enero) Explica José Manuel Villegas ante la posibilidad de que su mediación entre PP y PSOE que planteó Rivera ante Felipe VI tuviera éxito (26 enero) Ciudadanos no espera sentar a PP y PSOE frente a frente. Al contrario, aspira a formar dos mesas de negociación paralelas (28.enero) Girauta: ponemos en marcha un diálogo a dos bandas porque esos partidos tienen las relaciones congeladas (29.enero) Rivera ha expresado [que] el papel de mediador entre PP y PSOE que quiere asumir Ciudadanos no le da la potestad de decidir los temas a tratar entre los dos grandes partidos (30.enero) Tras las operaciones Taula y Acuamed… el partido de Rivera espera comenzar a mediar entre el PP y el PSOE esta misma semana (02.febrero) RIVERA MEDIARÁ PARA QUE EL PP SE ABSTENGA ANTE EL PSOE; Rivera quiere mediar para formar un gobierno de transición; Girauta anunció ayer que su partido afronta la mediación entre PP y PSOE para formar Ejecutivo (03.febrero)

Veinticinco días después de tantas y tan peregrinas jactancias, [Primo de] Rivera sigue erre que erre sosteniéndola y no enmendándola. Y lo peor es que, machaca que te machaca, es posible que algunos despistados sigan encaramados al guindo de la credulidad más gilipollas y sigan sin ver lo absurdo del sonsonete ciudadanista. Porque, resumiendo, ¿alguien ha notado que los mamuts hayan hecho el menor caso a la mediación de la ratita? ¿Insisten en mantener la ficción sólo Rivera o también los poderosos que le apoyan en la sombra? Dejemos aparte el empeño de los financiadores de Ciudadanos, estén o no cerca de retirarles su apoyo cual ya ocurrió con la Operación Roca (así nombrada por el actual abogado de la Infanta Cristina) y con la Operación Libertas (la conjura de millonarios y traficantes de armas que llamó por primera vez a Rivera) Asimismo, dejemos aparte que el papel de mediador proporciona gratis un inmaculado prestigio centrista 1 .

Y una vez abandonados en la cuneta factores tan decisivos, sólo nos queda estudiar el empeño personal de la camarilla riverista y, por supuesto, el empeño de las camarillas mediáticas que le sustentan a tantos euros la raya –propalada-. En este sentido, alguien en el sanedrín de Imagen de la Gran Esperanza Blanca ha debido sufrir un ataque de historicismo recurriendo al cual ha convencido a los paganinis y al propio equipo de Riverita que la Historia demuestra que la mediación, cualquier mediación así sea extravagante, es buena porque refuerza la imagen centrista.

¿La Historia llega a esos extremos demostrativos? Tenemos nuestras dudas por lo que hemos creído oportuno ilustrar los avatares de la Mediación con algunos añejos daguerrotipos provenientes sin embargo de la Edad Contemporánea:

Mediaciones inverosímiles

Para imaginar su disparate, Riverita ha podido inspirarse en los ejemplos de algunas figuras históricas de su complacencia íntima –aunque de pública abominación- que se vanagloriaron en el inmediato pasado europeo de haber ejercido como mediadores, por mucho que el sentido común nos diga hoy lo mismo que nos dijo ayer: que tan bondadosas piruetas eran puro teatro apto sólo para incautos de baba caída. Son tan inverosímiles que ninguna dellas merece comentario alguno. Cinco ejemplos:

1938. en septiembre, se celebran negociaciones en Munich entre Hitler-Mussolini por el lado autoritario y Chamberlain-Daladier por el lado liberal dizque para apaciguar la escalada militar de los nazi-fascistas. En concreto, para salvar a la comarca de los Sudetes checos de ser anexionada por Alemania. El inglés Chamberlain se empeña en ser mediador (¿juez y parte entre quiénes?) pero quien al final se hace con ese estrambótico papel es Mussolini. ¡Sí, Il Duce mediando entre Él, su Grosse Compadre y las dos nenazas liberales! Resultado de su mediación: menos de seis meses después de que la mediación del Duce lograra que los cuatro países firmaran aquel ‘tratado de paz’, no sólo los Sudetes sino toda Checoslovaquia fue invadida por el ejército alemán.

1940, 25.mayo. En plena guerra, Mussolini sigue desvariando y, peor aún, creyéndose que alguien cree en sus comedias neutralistas; su embajador en Londres expone al ministro Lord Halifax que Italia puede mediar entre los Aliados y Alemania.

1940. Pétain, mariscal de Francia, preso por los nazis y Gran Colaborador de Hitler, amaba tanto a Franco que no se resistió a la morbosa tentación de iluminar al mundo con una idea genial: que Franco mediara ante Hitler para que las tropas alemanas no destrozaran demasiado a la Dulce Francia.

1952, febrero. Stanton Grims, ex embajador de EEUU en España, declara que Franco “ha de ser nuestro mediador habitual” en cualquier disputa que pueda haber entre Occidente y Oriente Medio.

1952. La BAM de entonces, aún más BAM que la actual, pregona –no se rían- que Franco ha mediado entre la Diputación de Álava y el ministerio de Hacienda en las negociaciones para renovar el concierto económico de esa provincia vasca 2 .

Un caso de mediación absurda por necesidad

Con el Genocidio Nacional en pleno frenesí exterminador, José Antonio Primo de Rivera, líder de Falange (la secta que más sayones estaba aportando al golpe clerical-militar) se encontraba preso en poder de la República. En un claro ejemplo de cómo hacer de la necesidad virtud, intentó evitar el paredón dizque mediando entre republicanos y amotinados, es decir, entre víctimas y verdugos. ¿Duplicidad, debilidad ideológica, sincero arrepentimiento o puro teatro? Preguntas fútiles para consumo de chicharras y cotorras. Vayamos a la cronología de los hechos:

El 14.marzo.1936, José Antonio ingresó en la cárcel Modelo de Madrid por tenencia ilícita de armas y, seis semanas antes del Golpe de Estado católico-militar, exactamente el 05 de junio y mientras seguía conspirando, fue trasladado a la cárcel de Alicante dónde sería juzgado y ajusticiado por fusilamiento el 20.noviembre –sí, otro 20N en el que le acompañaría el Gran Durruti y, demasiados años después, el infame Gran Genocida-. En ningún momento fue torturado, algo que no pudieron decir los millones de personas leales al régimen republicano bienhechor, legítimo y legal.

Pues bien, en agosto del 36, cuando el Jefe fascista e hijo de Dictador proto-fascista estaba próximo a ser juzgado por alta traición –aunque ya podía hablarse de lo que hoy llamamos genocidio-, el subsecretario de Agricultura del gobierno republicano, Martín Echevarría, pasó por Alicante. José Antonio aprovechó la ocasión para ofrecerse al Frente Popular como mediador ante sus amigotes ‘nacionales’. En su delirio carcelario, afirmaba que Él podría parar la guerra… Concretamente, solicitó que se le permitiera nada menos que ir en avión a Burgos –entonces capital de la España franquista- dejando como rehenes a sus familiares en Alicante. José Antonio había redactado incluso la lista de los integrantes de un posible Gobierno que llamó “de pacificación nacional” en el que incluía –¡qué remedio le quedaba!- a bastantes republicanos. Dicho de otra manera, incluía a algunos prohombres contra los que había enviado a sus cuadrillas de sádicos pijos asesinos y de sicarios del hampa 3 . Echevarría, probablemente asombrado por la cobarde desfachatez del más golpista de los falangistas, transmitió la propuesta al Gobierno quien, como era de prever, la rechazó.

Pero no pensemos que José Antonio quiso hacer de mediador aunque fuera la primera y única vez en su vida que usara esa palabra. Tampoco sospechemos que la necesidad agazapada en las sombras del paredón le estimuló el caletre adormeciéndole el valor y hasta el raciocinio. No. Como buen fascista, tenía excusas ideológicas para todo. De hecho, por delirante que resulte, es probable que se apoyara en lecturas torticeramente utilizadas de las obras de un askenazí de alguna autoridad académica pero de enorme popularidad, el judío austríaco Eric Voegelin, polítólogo que ya por entonces sostenía que, desde antiguo, Religión y Estado iban de la mano, con los reyes por derecho divino fungiendo como mediadores entre los dioses y los pobrecitos mortales 4 .

La mediación y la calumnia: ¿siempre queda algo?

Nos parece obvio que, entre todos los casos de mediación antes reseñados, el de Primo de Rivera en capilla es el que más se parece a la mediación de la ratita entre los mamuts. Por varias razones: por proximidad ideológica, por exigencias del guion electoral e incluso por la minúscula coincidencia de la edad. Ahora bien, si Rivera el Segundo llegó a creerse las expectativas electorales que le habían inyectado la BAM y los-que-están-detrás-de-la-BAM, Riverita debió sufrir un rudo golpe en su declarado narcisismo puesto que, según sus propias declaraciones en campaña, ya se veía como Presidente. En tal caso, ¿cómo enfrentar a la cruda realidad de sus 40 escaños, más floreros que palancas?: huyendo hacia adelante.

Tres acciones inmediatas a tomar por un ególatra caído: saludar a la bandera, mentir y continuar con el farol. La empalagosa insistencia en su mediación bebe de estas tres fuentes. Brindar al sol forma parte del espectáculo, mentir es consustancial a su retórica y los naipes a su educación como tahúr.

El espectáculo y la retórica se parecen mucho pero no son idénticos puesto que son el todo y la parte. En cuanto al jugador fullero, si es demasiado narcisista, corre el peligro de creerse sus propios faroles, un pecado mortal propio de aquellos que han sido aupados por manos que ellos creen invisibles simplemente porque no las quieren ver ni quieren que se vean. Y, como expertos accidentales que somos en los juegos de manos, informamos al sr. Rivera que mediar entre mamuts le ha dado para mucha imagen pero ¡ojo!, porque la próxima vez que se desplome, rebúsquese Riverita en la mollera y trabájese un poco mejor el sainete.

Finalmente, Sr. Presidente de Ciudadanos, usted sabe de sobra que, desde el punto de vista del espectáculo, mediar y calumniar son casi lo mismo: siempre queda algo. Pero recuerde que quienes le están moviendo los hilos tienen otros muñecos en la recámara, no vaya a ser que les canse y cambien de caballo. Y, por encima de todo, sepa que muchos tenemos siempre presente que intermediar no significa estar por encima del bien y del mal sino que puede ser todo lo contrario: estar por debajo del bien elevando el mal, vía BAM, hasta los Parlamentos.

1 En el putrefacto estadio actual de la política española, sólo hay una etiqueta que supere en prestigio a la de centrista y es la de hijo pródigo; excuso decir que, si alguien puede presumir de las dos etiquetas, ya es medio Presidente de la Nación. Por ‘hijos pródigos’ entendemos a aquellos que fueron de un partido y luego lo abandonaron por otro –cual Riverita que pasó por el PP y por Libertas antes de refugiarse en Ciutadans-. Tienen que ser muy torpes para que su tránsito de derecha a izquierda y viceversa sea denostado como transfuguismo.

2 Este hecho parece coincidir con la siguiente tesis: “Efectivamente el Régimen no implicaba un apoyo cerrado, limpio y homogéneo, y por el contrario encerraba divergencias, pero la clave residía, como decíamos, en terminar encontrando nexos para el entendimiento, situando de paso siempre a Franco como mediador, como otra estrategia más de reforzar su figura ante el pueblo” (nuestras cursivas. Consultado en M. Á. Melero Vargas, 31.III.2014, “Una introducción a la cromática de las actitudes ciudadanas ante el Franquismo”, disponible en internet) Aunque más peligroso es tomarlo al pie de la letra, es duro leer que el franquismo no era homogéneo –ni hablemos de su limpieza-. Pero, dependiendo del nivel, del año y de la función dónde observemos su intrínseco monolitismo, podríamos comenzar a analizar esa supuesta abertura heterogénea.

3 Esta fue la fantasiosa lista: Presidente: Diego Martínez Barrio (Unión Republicana); ministro de Estado: Felipe Sánchez Román y Gallifa (Partido Nacional Republicano); Justicia: Melquíades Alvarez (Partido Reformista); Guerra:  Martínez Barrio; Marina: Miguel Maura y Gamazo (ricachón); Gobernación:  Manuel Portela Valladares (Partido Centrista); Agricultura: Mariano Ruiz Funes (Izquierda Republicana); Hacienda: Joan Ventosa i Calvell (ricachón catalán, Lliga Regionalista); Obras Públicas: Indalecio Prieto Tuero (PSOE); Industria y Comercio: Agustín Viñuales Pardo (Izquierda Republicana); Instrucción Pública: José Ortega y Gasset (independiente según soplara el viento) y Sanidad: Gregorio Marañón (tan veleta como Ortega)[mis negrillas]

4 Voegelin añadía que el cristianismo había reforzado esta (nefasta) creencia para justificar así el intrusismo de Dios en la Historia de los hombres. Primo de Rivera sólo tuvo que tomar al pie de la letra –pero en sentido contrario al deseado por Voegelin- lo que no pasaba de ser una tesis de dudoso fundamento antropológico pero de evidente potencialidad política para concluir que estaba muy bien que los Jefes lo fueran “por la gracia de Dios” –precisamente la leyenda que Franco hizo acuñar en las pesetas que llevaban su efigie-. Poco después del ajusticiamiento de José Antonio y también poco después de tener que exiliarse en EEUU, condensaría sus teorías en el libro Die politischen religionenLas religiones políticas, Viena 1938.

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