El futuro de España pasa por Suiza

Gracias a diversas informaciones que vamos conociendo con cuentagotas, como un goteo continuo que determinadas luchas internas de la casta que dirige el país nos ofrece, está emergiendo como un submarino nuclear toda la podredumbre que ha formado nuestra partidocracia. Estas noticias no son novedosas puesto que lo que ponen de relieve es que desde hace décadas, concretamente desde que se instauró la monarquía, nos están robando impunemente. Lo que sucede es que ahora comenzamos a atisbar la magnitud de lo que nos han sustraído, en especial a las clases trabajadoras y eso que antaño se llamó clases medias.

De esta manera estamos sabiendo de la existencia de numerosas cuentas en Suiza que como ya sabíamos son opacas y escapan al control del fisco español. Nadie que tiene un dinero obtenido honradamente lleva este a Suiza, paraíso de defraudadores y delincuentes de guante blanco. No es la primera información en este sentido la del senador Granados recientemente dimitido (aunque parezca mentira) tras reconocer que sí que tuvo una cuenta en  el país helvético. Hace no muchos meses supimos de la existencia de cuentas de la familia Pujol, los amos de Cataluña durante décadas. También supimos de la existencia de una suculenta cuenta en el país alpino a nombre del Rey Juan Carlos fruto de la herencia de su padre Don Juan  que canceló en su día pero de la que se desconoce que abonara dinero alguno al fisco español. Sería muy prolijo continuar con un listado diabólico de evasores fiscales dentro de la clase política y oligárquica española más que nada porque no tendría cabida ni en una enciclopedia de varios tomos.

Lo que queda de manifiesto es  que la corrupción ha sido y sigue siendo generalizada y no selectiva como nos quieren hacer ver los voceros de los partidos políticos, los tertulianos y periodistas varios del régimen. Siempre suelen utilizar la misma expresión: “No generalicemos, todos no son iguales” , algo así como que hay algunas manzanas podridas en el cesto pero basta con eliminarlas para resetear  el sistema. Otra  mentira más de los de siempre porque bien sabemos que el sistema está muerto y bien enterrado por su falta de flexibilidad para adaptarse, para cambiar hacia un sistema más representativo y democrático. Ellos lo crearon inflexible, una Constitución irreformable, que al final ha sido determinante en este final agónico de modelo.

Y Suiza tiene además del papel de ser el país en el que esconden sus fortunas nuestros oligarcas y el lugar elegido por el matrimonio Urdangarín para vivir, la función de ser un buen espejo del modelo hacia el que debería de caminar un país en cuanto al modelo de libertades. Porque en Suiza se vota, se vota y mucho. El pueblo puede convocar referéndums vinculantes, ojo con este concepto, que obliguen a los políticos a aprobar una determinada ley o derogarla. Y eso es muy interesante, porque de esta manera el representante no está cuatro años legislando en contra de lo que prometió sino que debe cumplir su programa o si no, acatar que el pueblo legisle por sí mismo, sin esperar a que unos supuestos representantes desarrollen una legislación que les beneficie. Un verdadero reflejo en el que mirarnos, una república democrática con unos mecanismos de democracia directa muy potentes, en las antípodas del régimen español del 78 que no ha permitido al pueblo refrendar nada que haya propuesto la ciudadanía. Tres referéndums en 38 años no está nada mal, eso sí, a propuesta del gobierno de turno y teniéndolo ganado de antemano. Un asunto, el de la iniciativa legislativa popular que recogido en la Constitución, como tantas otras cosas, no se cumple, es un fraude más de este podrido sistema democrático.

Por tanto Suiza como modelo y Suiza como síntoma de la enfermedad terminal de esta casta deplorable que nos machaca cada día, que se ha negado a reducir el gasto político mientras laminaba el gasto social y los derechos adquiridos durante décadas. Bendita Suiza.

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5 comentarios sobre “El futuro de España pasa por Suiza

  1. De acuerdo, pero no nos olvidemos de que cualquier país sería menos corrupto si existe el control sobre el poder, unas instituciones sólidas de control, independientes, una justicia dotada de medios que sea independiente.Eso suele servir para paliar los efectos nocivos de la corrupción.

  2. Este articulo, aún diciendo algunas grandes verdades sobre la corrupción en España y sobre el papel de Suiza, también adolece de un prejuicio bastante trasnochado, ya que desde hace algunos años, miles de ciudadanos españoles honrados, la mayoría trabajadores asalariados, han abierto cuentas en Suiza con la idea (o quizás la esperanza) de que sus ahorros estén más seguros fuera de la zona euro ante la posible quiebra de nuestros bancos o de decisiones poco democráticas y confiscatorias de la troika. Así, pues, sí que hay personas que llevan su dinero, ganado honradamente, a los bancos Suizos. Y lo informan a la agencia tributaria mediante el modelo 720. Cuidado con afirmaciones que, por su rotundidad, acaban por restar credibilidad al resto de lo que se afirma.

  3. Obviamente hay personas que llevan su dinero a bancos suizos y es legal, como no podría ser de otra manera, igual que a Holanda, a Rusia o a Azerbaijan. Con esos no me meto. SIn embargo esas cuentas opacas que la legislación helvética ampara son las que ocultan el dinero de nuestra oligarquía y partidocracia coronada. Eso lo sabe muy bien un tal Falciani y los que no somos falciani. Solo hace falta leer, que es algo poco corriente en España, por desgracia.

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