Una experiencia de Autogestión en Oviedo

Dijo Montesquieu “el interés de los individuos reside en el interés común, querer separarse del mismo es querer destruirse a sí mismo”. (Fábula de los trogloditas –Cartas Persas)

Dos siglos y medio después, un puñado de activistas unidos al calor del 15M decidieron dar sentido a las palabras de Montesquieu, y ocupar la antigua sede de la Consejería de Salud del Principado de Asturias, conscientes de que hacían algo bueno para Oviedo, y al mismo tiempo, bueno para ellos mismos.

El acto necesitaba de poca justificación: en un momento de total descrédito político y denuncia social de la corrupción, se ocupaba un edificio que había acabado en las manos de la empresa “pública” SEDES por medio de un pelotazo urbanístico. En palabras de los activistas estos fueron los motivos de la adjudicación del edificio a SEDES:
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“Para financiar en 2007 la ruinosa compra de las dos alas del “Calatrava” (Si, en Oviedo también sufrimos al camarada Santiago Calatrava) a “Jovellanos XXI”, propiedad de dos empresarios multimillonarios mimados tanto por el PSOE como por el PP, José Cosmen Adelaida (fundador de ALSA), y el constructor Alberto Lago.

La forma de financiar este derroche de dinero público, 59 millones de euros, destinado únicamente a hacer rentable a estos señores la edificación del “Calatrava”, fue convirtiendo en suelo residencial tres parcelas públicas, es decir, de tod@s nosotr@s, las consejerías de la calle General Elorza, otra más en la calle Uría, y el Instituto de San Lázaro.

¿Fue legal la operación?

Según un informe de la Sindicatura de Cuentas de Asturias del 1 de abril de 2009, el Principado incumplió la Ley de Patrimonio, ya que esta operación debería haberse aprobado en el Parlamento regional, cosa que no sucedió. Es decir, el anterior Gobierno autonómico incumplió sus propias leyes para beneficiar a dos poderosos capitalistas”


Movidos por la denuncia y por la oportunidad para ocupar un espacio en desuso (los edificios estaban vacios y los planes de SEDES en stand by, por motivo de la crisis) los chicos tomaron el edificio que pronto bautizaron como “La Madreña” no para atrincherarse dentro en su denuncia, sino para convertir una ruina en un lugar autogestionado donde todos se podían beneficiar de la amplia oferta de actividades que pronto echaron a andar. A parte de la interminable lista de de charlas, representaciones, conciertos, talleres, proyecciones y demás actos puntuales que en La Madreña se celebraron, el edificio ofrecía actividades tales como Yoga, Mercadillo, Huerto ecológico, comedor popular, conversación en inglés, defensa personal para mujeres, guardería… En todos los casos fueron actividades gratuitas, organizadas por voluntarios deseosos de poner en práctica sus habilidades, compartir sus conocimientos y prestar un servicio a la sociedad.

Y aquí es donde las palabras de Monstesquieu cobraban vida, porque nosotros no hemos sido educados en el espíritu crítico y la reflexión sobre el bien común, sino bajo el yugo del castigo-incentivo:

Pórtate bien porque de lo contrario no vendrán los Reyes Magos. No ofendas a Dios o irás al infierno. Estudia, trabaja duro y llegarás a algo. Trabaja para mí y te pagaré un sueldo. Incumple la ley y te multaremos o irás a la cárcel. Cumple las normas o sufre las consecuencias”

 En un mundo donde aprendemos a comportarnos “bien” por miedo al castigo o por la egoísta motivación de un incentivo, trabajar para la comunidad sin pedir nada a cambio es un acto revolucionario. Los integrantes de la Madreña posiblemente no se habían leído al citado pensador francés, pero lo entendían perfectamente. La Madreña daba salida a su necesidad de participar, de compartir inquietudes, de crear, de aprender y a la vez proporcionaba un servicio impagable al barrio y la ciudad, como las propias asociaciones de vecinos afirmaban. Todos ganábamos.

Aquí donde “lo público” no es “lo de todos” sino que más bien es “lo que gestiona la autoridad política de turno, ajena a la ciudadanía”, La Madreña introducía además el concepto de responsabilidad. La responsabilidad es a mi entender el factor clave en la “liberación” de un individuo o de un colectivo porque implica comprender el medio.

El sujeto pasivo, moldeado al calor del incentivo-castigo (el palo y la zanahoria, para que nos entendamos) obedece normas y aprende a buscar sus incentivos, como los perros de Paulov. Sin embargo, los actos del sujeto consciente son fruto de una reflexión más profunda, pues en su estado de libertad tomar decisiones no implica seguir normas, sino comprender realidades y tomar decisiones en consecuencia. Y aquí está la responsabilidad: aprender a hacer algo, porque comprendes que es “bueno” y no porque alguien te lo ordene.
Las personas que voluntariamente se comprometieron a llevar a cabo una actividad en La Madreña, las personas que semana tras semana trabajaron voluntariamente, las personas que acudían a las asambleas donde se tomaban decisiones, las personas que defendieron el edificio contra las denuncias de SEDES… esas personas aprendían que el interés de los individuos reside en el interés común, y querer separarse del mismo es querer destruirse a sí mismo. Aprendían que tomar partido y responsabilizarse de algo es en definitiva abandonar la estupidez colectiva en la que vivimos, dejar de ser una suma de individuos y pasar a ser una sociedad donde todos participan y aportan su granito de arena, porque saben que es bueno para todos.

A pesar del buen funcionamiento del centro, el amplio apoyo de los vecinos, la explícita función social que cumplía, una sentencia judicial nos anunciaba el fin próximo de la Madreña. Las manifestaciones en contra de la decisión fueron multitudinarias. Pero un Martes 3 de junio, a las 6 de la mañana, la policía entró en el edificio y desalojó por la fuerza a los que dentro estaban, desalojando con ellos el trabajo de 3 años de multitud de personas que creímos que podíamos hacer algo bueno para todos con ese edificio abandonado.

En fin, que llevamos ya casi un mes sin La Madreña y Oviedo se siente mucho más vacío y gris. Pero esta semilla de revolución que unos chavales sembraron en la calle General Elorza hace casi 3 años, ha echado raíces en los corazones de todos los que allí participamos y ningún juez podrá impedir que siga dando frutos.

6 comentarios sobre “Una experiencia de Autogestión en Oviedo

  1. Es desesperante…lo de la Madreña lo están haciendo en todo el país.No les interesa ni seres felices ni seres pensantes…solo borregos desesperados…¡¡hay que reaccionar ya!!ya!!…
    En Buenos Aires el jefe de la oposición ,cuyo cargo equivalente en España sería un gobernador,está haciendo lo mismo con centros sociales,hospitales psiquiatricos,teatros,grupos sociales…y lo han votado por segunda vez…me temo que su grupo político(si se puede llamar asi) capaz que salen de nuevo…
    …hay heraldos negros en la vida , que diría Cesar Vallejo…Saludos y mucha fuerza que la lucha es dura y es mucha.

  2. Soy de Asturias y conozco bastante bien el caso de La Madreña. Creo que por desgracia se entremezclan dos cosas. La primera que me parece magnifica es todo lo que se hace allí, prestamo de libros, charlas – coloquios, sala de estudio…todo como se explica, autogestionado sin ningún problema. Por desgracia algunas personas en contra de aquello por temas ideologicos, les acuso de drogadictos, de malos olores o incluso de robar la luz, todo por supuesto falso. También la reinvindicación por el tema del pelotazo urbanistico que se hace y parece que los políticos se hacen los locos.

    Ahora bien, yo no apruebo la ocupación ilegal que se hizo del edificio. Me da igual el motivo del mismo. Si se sigue sin ver que hoy en día el principio de propiedad debe ser una de las cosas que la gente más aprueba, es un sintoma de que se les odie aunque repito que lo que hacen me parece muy bien.

    El problema que veo, es que ahora el proyecto que sinceramente creo que podría ser mucho más grande y expandirse a más pueblos / ciudades de Asturias y España. Parece que se ha paralizado totalmente. El alcalde de Oviedo hablo de darles unas instalaciones durante las elecciones por supuesto, ya no se ha sabido nada sobre el caso. Creo que podrían pedirse de manera barata alguna instalación pública no utilizada para convertirla en una “Madreña”, se puede alquilar / comprar un local privado y convertirlo en una “Madreña”. El dar el paso a una iniciativa privada donde los usuarios sufragen todo el sistema lo veo magnifico y algo que en Inglaterra o Alemania funciona muy bien.

    Podemos por ejemplo ha hecho algo que me parece muy bien, pedir donaciones de particulares. Muchas webs que conozco de noticias o de descargas piden microdonaciones cada X tiempo…o el pueblo despierta y pide más libertad para controlar como desea vivir realmente o seguirán imponiendonos lo que quieran unos pocos, por supuesto seguirán mangoneando o literalmente robando el dinero público.

    1. Hola Pippo. En nuestra opinión SEDES no son dueños LEGÍTIMOS del edificio, la operación fue una estafa a la ciudadanía, orquestada por las instituciones públicas. Ahí está la diferencia entre lo que hicimos ahí y violar la propiedad de un particular o una empresa normal.

      En cualquier caso, el edificio estaba en deshuso y nosotros le dimos una función social (ya sabes, articulo 128 de la constitución 🙂 ) Si SEDES fuese a usarlo ya para algo, al menos se entendería. Pero por el momento SEDES lo mantiene vacío y abandonado…

      1. Hola David.

        El problema no es que no sean los dueños estos o aquellos. Yo este asunto lo he hablado bastante con gente que estaba en la madreña de continuo y mi punto de vista va por otro lado. En el tema de SEDES solamente un ciego puede ver que aquello quería ser un pelotazo total, al igual que se intentaron otros por Oviedo que por desgracia salieron, unos la justicia los ha castigado y otros han dejado un agujero enorme.

        El caso es que la decisión de ocupar el edificio de continuo a mi no me gusta, si se hubiera hecho de manera reinvindicativa por un momento si lo vería diferente. El caso es que el mezclar la ocupación con las actividades de la madreña es lo que nunca me ha gustado del asunto, por eso me molesta tanto, ya que lo que se hacía allí ahora no se hace en otro lugar o lugares y como dices el edificio sigue vacio pero mientras no se tenga un permiso de uso no debería ocuparse. A lo mejor es por eso de no darle ningún argumento a nadie para que piense que aquello era un tema de los okupas o de perroflautas…ya sabes como os han acusado de mil cosas, todas falsas por supuesto.

        Al final, la diferencia es el sistema de protesta a utilizar, no el tema de la autogestión que me parece un modelo que puede ser perfectamente fiable y en vuestro caso sin duda me ha parecido útil y un buen ejemplo. A lo mejor tengo esa idea antigua de separar trabajo y protesta.

        Espero que al final llegue a algo el ejemplo de la autogestión y se pueda replicar por más barrios de Oviedo o de otros pueblos de Asturias que sinceramente lo necesita como el comer. Tantos años de socialismo / conservadores han dejado nuestra tierra totalmente destrozada. Pero siempre con la cesión pública o privada de los recintos utilizados.

    1. Hola Rodri, no entiendo tu comentario. No queremos vivir de ninguna teta, por eso nosotros mismos nos encargamos de crear y mantener el servicio que proporcionamos y del que nos enriquecemos, no el estado. Eso es la autogestión.

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