¿Civilización o Barbarie?

¿CIVILIZACIÓN O BARBARIE?

Antonio Pérez

antonioilustre@gmail.com

20.noviembre.2015, 40º aniversario de un día felicísimo

Tras los atentados dizque yihadistas que se sucedieron en París durante las primeras horas de la noche del 13.noviembre.2015, el caballerete presidente del Gobierno español declaró que “no estamos ante una guerra de religión sino de civilización contra barbarie”. Oírlo y que se me pusieran los pelos como escarpias fue instantáneo. ¿Ha querido avisarnos el sr. Rajoy de que, para defender nuestra Religión, ya no bombardearemos a bayaderas, odaliscas, sarracenos y mahométicos del montón?, ¿ya no mataremos bendecidos por la Más Alta de las Causas Nobles, más elevada incluso que La Democracia? Pues no, nos dice nuestro beatísimo Presidente op-art (pelo negro-barba blanca), cagarruta de sacristán y meapilas convicto y confeso: ahora la guerra va mucho más allá. Hoy es contra los bárbaros.

“Vaya –me dije-, para una maldita vez que ya me había acostumbrado a las guerras de religión, tengo que cambiar el chip… “. Desde mi congénita mansedumbre, lo lamento porque las religiosas eran guerras que habían adquirido tendencias florales. Adiós, por tanto, a aquellos antiguos conflictos que demostraron ser solubles en el sirope ecuménico. Lo que viene es candela porque el bárbaro del Califato-ISIS-Daesh no es susceptible de evangelización. El bárbaro representa un estadio tan antiguo que incluso es previo a las (supuestas) universalidad y eternidad de la pulsión religiosa. El bárbaro es el Otro por excelencia. El bárbaro es más que antiquísimo y más que animal. Pero, sobre todo, es algo tan ajeno a nuestra eterna y sempiterna Civilización, que su exterminio no la estorbaría ni la ralentizaría. Al revés, aceleraría el progreso de nuestra especie –obviamente, el Homo sapiens variedad non barbaricus-.

Resumiendo: por harto conocida, una guerra de religión es preferible a las guerras contra la barbarie –en castellano popular, “virgencita virgencita, que me quede como estoy”-. Y ello, simplemente, porque las campañas contra el Bárbaro no contemplan la mutación y/o arrepentimiento del Salvaje sino que se dirigen cruelísima y exclusivamente hacia su exterminio.

Los yihadistas, ¿son religiosos o son bárbaros?

A la hora de desatar las hostialidades contra el ISIS, lo primero que debemos admitir es que la tal guerra no comenzó ahora, en noviembre de 2015, sino muchísimo antes. Comenzó, por lo menos, con el genocidio de los irakíes… aunque bien podríamos remontarnos hasta la ‘guerra fría’ contra Afganistán y más allá, por ejemplo hasta el presuntuoso Lawrence ‘de Arabia’ (¡) y sus intrigas para destrozar el Oriente otomano. Sin embargo, a pesar de los años transcurridos, Occidente todavía no tiene claro si los yihadistas son fundamentalistas religiosos o simplemente bárbaros. Es una duda razonable correlativa al hecho de que Occidente todavía no quiere ni conoce ni sabe cómo definir el término yihad (= esfuerzo, superación; no sólo guerra santa)

En contra de la propaganda –de claro origen confesional, hereje o vaticano- que nos muestra a los yihadistas como fundamentalistas islámicos, todo indica que los Esforzados paladines del apocalipsis anti-occidental no son especialmente asiduos a las mezquitas –lo cual no significaría mucho porque el Islam es una religión más privada que la cristiana- ni tampoco al estudio de las suras coránicas. Lo suyo es más de ley sharía, de misoginia selectiva, de independencia orientalista y, sobre todo, de belicismo –cibernético y de explosivos-. Si sustituimos “independencia orientalista” por “dominación occidental”, comprobaremos lo mucho que nos parecemos.

“Belicismo cibernético”, armas, C4, telefonía inteligente, bytes y bites… estamos ante la propia apoteosis de la Modernidad. Es decir, que los Esforzados son tan modernos como los inventores-de-garaje aunque con objetivos menos económicos y están tan integrados como cualquier joven europeo pero con más ambición. Todo lo cual nos señala que son lo suficientemente religiosos como para que se les pueda hacer la guerra occidental –léase, santa-.

Entonces, ¿no son bárbaros? Sí, también pueden serlo. En primer lugar porque –ya es hora de decirlo- la división entre religiosos y bárbaros es falsa. Y, en segundo lugar, porque quién decide el significado y hasta el uso de las palabras es el Poder . Aclaremos el fondo del dilema planteado por el presidente español: no hay diferencia alguna entre religión y barbarie porque religión es barbarie; de hecho, lo religioso es la expresión más irracional de lo bárbaro. Ignoro si el Poder (Rajoy) sabe que ésta es la verdad o si lo dijo por su inveterada manía de mentir –lo ignoro y averiguarlo me importa un bledo-.

Aun así, vamos a suponer que los Esforzados son unos bárbaros. Puesto que la bárbara nación es pre-humana e infra-animal, ello querría decir que carecen de Historia. En este sentido, ¿los Esforzados tienen historia? A este respecto, hay un detalle en la copiosa narrativa de los atentados de París que nos puede ilustrar y quién sabe si hasta responder a esta pregunta. Recurramos a nuestra Historia o, mejor dicho, a los escombros de nuestra Historia que han sobrevivido a los bombardeos y voladuras que contra Ella viene perpetrando desde siempre la Historia Sagrada y sus ejércitos de plumillas venenosas. Recurramos al affaire Charonne:

en 1961, la misma policía francesa que hoy asedia los guetos moros, cumplía con igual esmero las órdenes de un genocida de alto copete, el super-policía Papon -sólo 15 años atrás ferviente kollabo de Hitler y de Pétain-. Eran los años en los que Francia concedía –es un decir- la Independencia a los negros de Gabón o de Congo-Brazzaville mientras que se la negaba a los moros mahgrebinos. Eran, por tanto, los años de la llamada “guerra” de Independencia de Argelia; en realidad, un genocidio aún más cruel que el sufrido por los cochinchinos como comprobaron en sus propias carnes los miles de argelinos residentes en París que salieron a manifestarse democráticamente. Maurice Papon no lo entendió así: ordenó masacrar en nombre de la liberté-egalité-fraternité y voto al chápiro verde que sus muchachos, muchos de ellos alistados en los paramilitares del OAS, cumplieron como machotes. Más de doscientos (sí, 200) pacíficos manifestantes fueron asesinados y unos cuantos miles fueron amontonados a pan y (a veces) agua en el Estadio Nacional .

La enorme matanza parisina de 1961, fue continuada el año siguiente por la cuantitativamente menor masacre de Charonne , donde nueve franceses de cuna y nación fueron asesinados por unas Fuerzas del Orden, no menos la crème de la Galia aunque mucho más cristianas.

Pues bien, volviendo a la memoria de los bárbaros: después de asesinar en unos bares sitos cerca de la place République, una de las bandas de Esforzados, corrió en dirección sureste, llegó al metro de Charonne, y allí, en La Belle Équipe, hacia las 21,50 horas, asesinó a 19 personas para, enseguida, (hipotéticamente) volver sobre sus pasos, remontar el bulevar Voltaire e irrumpir en la sala Bataclan donde asesinó a unos 90 jóvenes. ¿Por qué esas idas y venidas de los yihadistas?, ¿quisieron que se recordara la masacre de 1962? Es casi seguro que nunca lo sabremos pero aventurar que esa banda particular de Esforzados tuvo memoria es una hipótesis plausible.

Sin embargo, en su análisis de los atentados, grandes firmas como Robert Fisk y David Porter (Counterpunch, 17.XI.2015) afirman que esos Esforzados no eran “de origen marroquí” como se nos insiste sino “de origen argelino” para concluir que la sombra de la guerra de Argelia es alargada. En ese sentido, insisten en que la matanza de 1961 está presente… pero no citan la de Charonne.

Nadie parece acordarse de Charonne ni de su posible vínculo con la matanza de La Belle Équipe. Es normal. La censura militar o de guerra, aún más holística y arbitraria que la censura civil, imposibilitará que conozcamos si los terroristas gritaron la palabra ‘Charonne’ en algún momento de su apocalipsis colectivo. Quizá la pronunciaran durante las negociaciones que mantuvieron con la policía desde la Sala Bataclan pero, evidentemente, eso sólo lo sabe la Policía, es decir, la peor enemiga civil de la Verdad .

En mi experiencia personal y profesional he podido demostrar que los marginados, “los condenados de la tierra”, los indígenas, los moros, los represaliados por el franquismo y etcétera, tienen memoria (tenemos) Otra cosa es que se la cuenten o contemos a cualquiera. Y otra, aún más rara, es que el afortunado al que se la hayan regalado sepa traducirla a la hodierna jerga occidental. Conclusión: no debemos descartar que, en el grande o pequeño escritorio memorioso de los Esforzados de París, existiera una gaveta etiquetada “Charonne”. Por lo tanto, señor presidente Rajoy: querer hacernos creer que los yihadistas son unos bárbaros animales inhumanos pero con memoria es una contradictio in terminis. Creer o hacernos creer que son religiosos, es una majadería. Entre la contradicción y la imbecilidad, Su Excelencia escoja.

APÉNDICES

Brevísima cronología del nacimiento del Califato-ISIS

En 2002, el president Bush encarga a la Rand Corporation un plan para “to develop a Shaping Strategy for pacifying Muslim populations where the US has commercial or strategic interests.” La Rand le entrega un estudio titulado US Strategy in the Muslim World after 9-11; en este informe recomienda a los líderes gringos “alinearse con los grupos chiítas… para erigir una barrera contra los islamistas radicales”.

En 2006, Leslie Gelb -ex presidente del Council on Foreign Relations- y el entonces senador Joe Biden, hoy vicepresidente de los USA, proponen un plan para desmembrar Irak en tres semi-autónomas regiones: Kurdistán, Chiistán (Shiastan, país de los chiíes) y Sunnistán (país de los suníes)

Mayo 2013: el ex candidato presidencial John McCain se reúne en las afueras de Alepo (Siria) con el líder del ISIS cuando –todo hay que decirlo-, Abu Bakr Al Baghdadi no era todavía Califa ni siquiera tenía ese único nombre sino que se hacía llamar Abu Dua, alias Ibrahim, alias Ibrahim Awad Ibrahim Ali Al Badri, Al Samarrai, alias el Doctor, alias el Buen Samaritano, alias Simón o Shimon.

Junio 2014: Mosul (y Kirkuk), caen bajo el poder yihadista. Se materializa la escisión del Kurdistán irakí; con ello, los objetivos del ISIS coinciden con el plan gringo de 2006 que preconizaba para Irak un “desmembramiento blando” (soft partition).

El 20.junio.2014, días después de la toma de Mosul, Israel comienza a comprar al gobierno local kurdo el petróleo robado en Kirkuk. El tránsito del petróleo es facilitado por el ISIS –que controla el oleoducto utilizado– y por Turquía, país que permite el embarque del crudo en el puerto turco de Ceyhan.

Más que brevísima cronología de los días anteriores a los atentados de París

Sábado 10.octubre: en Ankara, dos suicidas-bomba masacran a cien (100) manifestantes kurdos izquierdistas. Al presidente turco Erdogan le faltó tiempo para atribuir el atentado al ISIS. Los kurdos lo atribuyeron a los servicios secretos turcos y adujeron pruebas –la más consistente: Erdogan resultó sumamente beneficiado-.

Sábado 31.octubre: ISIS coloca una bomba en un Airbus 321 de la compañía rusa Kogalymavia que, poco después de despegar, estalla sobre el cielo del Sinaí. Son asesinadas 224 personas, todas ellas rusas.

Jueves 05.noviembre: el presidente Hollande decide enviar a Oriente Próximo –donde ya estuvo entre febrero y abril de este mismo año-, al buque insignia de la Armada francesa, el portaviones Charles de Gaulle. Otrosí, Francia está bombardeando Irak desde febrero del 2014 y Siria desde abril del 2015. En esas operaciones aéreas se utilizaban seis cazabombarderos Rafale estacionados en Emiratos Árabes Unidos y seis Mirage con sede en Jordania. La llegada del portaviones duplicará esos efectivos.

Jueves 12.noviembre, víspera de los atentados en París: matanza del ISIS en un barrio del Beirut chiíta. Más de 40 muertos.

Los días posteriores a los atentados

14-15.noviembre: el grupo de países ricos y adláteres llamado G-20 se reúne en Turquía -obviamente para preparar la guerra-. Buena manera de agradecerle al Sultán de la Sublime Puerta las últimas travesuras de su ahijado, el ISIS. En la playa de Antalya y pastoreados por el Capataz Gringo, se arrejunta una caterva de cortesanos corrompidos dispuestos a escenificar de qué forma está pagando Europa su proximidad territorial al Califato. O quizá la reunión sólo está pensada para que los gringos, desde su lejanía geográfica, se froten las manos viendo cómo se debilita la Unión Europea. Dicho sea de paso, una dizque unión, invento de los procónsules gringos, que –in illo tempore, not anymore– eludió su destino como colonia algo díscola para, tras un proceso que comenzó hace 60 años con unos prosaicos contratos del carbón y del acero, terminar convirtiéndose en una frustrada competidora de los USA.

En la foto de familia, al lado de un Obama tan condescendiente como epicentro de la conjura, está el anfitrión Erdogan. Sí, el mismo que vendió a sus amados súbditos para que, el 31.mayo.2010, el ejército sionista los asesinara cuando dormían en el barco Mavi Marmara mientras éste se encontraba en aguas internacionales. El mismo presidente Erdogan que co-patrocinó junto con las Grandes Potencias el nacimiento de ISIS; el mismo que bombardea al pueblo kurdo con fruición y regularidad; el mismo Sultán que, en su delirio del renacimiento del Imperio Otomano, es capaz de asociarse con el sionismo para parir juntos a un súcubo aún peor que Al Qaeda: el ISIS.

Es archisabido que los servicios secretos turcos ayudaron en 2011 a la reconstrucción del ISIS. Y que Turquía ha sido comadrona junto con los USA-Israel en el nacimiento del Califato es un axioma que, como tal, no necesita demostración. Pero, si alguien la requiere y es aficionado a los papeles, que lea sobre Ben Laden. Y si no es muy leído, que vea la película Rambo III: Stallone apoyando a los muyahidines afganos contra los rusos. O, especialmente pensando en el Estado Sionista, que recuerde la vieja expresión qui prodest (a quién beneficia)

Desde 2011 y casi hasta la actualidad, Turquía ha ayudado significativamente al ISIS, en especial manteniendo abierta la frontera con Siria lo que ha permitido tanto al ISIS como a sus aliados –Al Nusra y otros-, recibir armas, soldados y sitios seguros para el descanso de sus guerreros. Ahora, los turcos han dado algo de marcha atrás en su apoyo al Califato pero ya es tarde: estando en posesión del petróleo sirio-irakí-kurdo, a los yihadistas no les hace falta dinero y, consecuentemente, tampoco necesitan todo aquello que se compra con dinero -las armas, por ejemplo-.

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