Economia y modernidad

Escrito por: Avarez Layna

 
“Her mind was like her room, in which lights advanced and retreated, came pirouetting and stepping delicately, … and then her whole being was suffused, like the room again, with a cloud of some profound knowledge…”
– The Lady in the Looking-Glass.
 
Efectivamente, el espacio ha sido motivo de reflexión para un buen número de autores en el periodo histórico de impacto de la plena modernidad a la modernidad tardía en Occidente. Y en algún momento, la reflexión en torno cuestiones espaciales como ámbito de desarrollo de lo humano, ha ocupado la atención de autores modernos de Bentham en filosofía a Virginia Woolf en literatura. Asimismo, desde David Ricardo en economía a Michael Foucault en historia, la mirada atenta a la modernidad ha prestado una singular atención a lo relativo al espacio en tanto que modo de acotación y de definición en la historia de una forma de entender el poder en diferentes órdenes.
Específicamente y sobre ello, pasamos a centrar nuestra atención en la arena de la economía para reflexionar en torno a la manera de pensar – desde la asunción de la posibilidad de recuperación de lo racional -, algunos asuntos vinculados con la actual crisis económica. Consecuentemente, nos acercaremos al problema desde tesis vinculadas a historia, racionalidad y marcos, y propondremos una primera aproximación de carácter macro – económico y macro – histórico, a la que seguirá otra a más micro – económica y micro – histórica y referida meramente a problemas relativos a ontología de producto.  

Desde un punto de vista macro – económico y macro – histórico, se ha escrito ya sobre lo que un autor como Derridá entiende es una crisis múltiple. Tan amplia crisis es en parte consecuencia de un desenvolvimiento histórico con origen en el corazón de la civilización cristiano – moderna – industrial, y que está ya conociendo en lo tardo – moderno – industrial ciertos límites de desarrollo en lo político, lo económico, lo social, etcétera.
Sin embargo, es la vertiente científico – intelectual de la crisis en desarrollo la que para nosotros ofrece particular interés, dificultad y relevancia. En lo científico – intelectual parece evidente que la superación post – westfaliana de los marcos espaciales de aplicación de las propuestas modernas en economía política, están poniendo en evidencia lo que de particularismos relativistas teñidos de pervivencias científico – intelectuales con origen en los siglos dieciocho y diecinueve, tenían unas ciencias económicas en las que la ortodoxia estaba generalmente imbuida de un fuerte componente particularista – nacionalista. Los procesos de globalización, construcción europea y las nuevas tecnologías permiten de una parte decir que es así y de otra entender las causas por las cuales es así.
En relación con la situación descrita, bien podemos afirmar que en términos macro – económicos y macro – históricos se impone una revisión del discurso racional en una disciplina que estaba en buena medida dirigida a la interpretación de los fenómenos económicos en marcos superados y en decadencia, como el propio Estado Nación. Más allá, el esfuerzo de comprensión racional ha de ser concretamente referido ahora en economía al ámbito de gobierno / gobernanza que eventualmente se estime marco de actuación, ya hablemos de Estado Nación, ya de conjunto supra – nacional, ya de Corporación.
La bibliografía anglosajona es significativa y relevante en lo relacionado con el modo en el que la superación de los marcos de aplicación de nociones científico – intelectuales desplaza en la historia tesis relativas a fiscalidad y tasación o intervención estatal en la economía. Paradigmático en tal sentido es el tradicional debate Hayek – Keynes, que tuvo lugar en un marco histórico, tecnológico y de desarrollo del capitalismo en buena medida diferente del actual. Es entonces que la alteración de marcos históricos, tecnológicos y de desarrollo del capitalismo se encuentra en la base de numerosas interpretaciones erróneas en relación con los posibles modos de afrontar la situación de crisis ahora realmente existente. Los breves comentarios anteriores, por tanto, no tienen otra pretensión más allá de llamar la atención sobre la existencia de un problema en economía que  guarda relación con la filosofía, la historia, la cuestión de la modernidad, y también con el modo en el que interpretamos que la posibilidad de despliegue racional debe entenderse y cifrarse en función de marcos determinados.
Finalmente, en términos micro – económicos, es fundamental atender al modo en el que la ontología de producto es imprescindible para el desarrollo de la economía moderna desde David Ricardo. Lo es, en el sentido de ser necesaria para permitir un despliegue racional, racionalidad y racionalización sobre una noción de acotación que es previa. El espacio que ocupa la mercancía y lo que la mercancía es, son asuntos que se encuentran en la base de la posibilidad de trazar una propuesta de racionalización económica que afecta a asuntos tales como la producción, la logística a producto, el precio, el consumo y la acumulación de beneficio.  
Las dificultades a resolver en el contexto de modernidad tardía, en tal sentido de acotación y racionalización económica a producto, no por ser elementales dejan de tener la importancia que industrias muy notables del siglo veinte – conocimiento, cine, música … – ya reconocen en sus consecuencias más negativas.

2 comentarios sobre “Economia y modernidad

  1. He abandonado la escucha de L.C. debido al exceso de “brillantez” de G-T.
    Extrañamente he comprobado que JCB parece no estar más en L.C. Interesante el debate energético, sólo que los panelistas se repiten mucho. Habría que reconocer que poco hay por hacer frente al problema. Evidentemente que la solución es política ¿pero cómo se hace eso?

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