Gas de Esquisto, la perspectiva desde Rusia

Queridos lectores,

A petición de varias personas de los grupos anti-fracking y por su gran interés general publico aquí la traducción al castellano del último post de Dmitry Orlov “Shale gas: The view from Russia“. Gracias a Manuel y Henk por la traducción, hecha en tiempo récord.

Salu2,
AMT

Gas de Esquisto, la perspectiva desde Rusia

La historia oficial del gas esquisto cuenta algo como esto: recientes avances tecnológicos conseguidos por compañías energéticas de los Estados Unidos han hecho posible el aprovechamiento de una abundante, pero anteriormente inaccesible, fuente de gas natural limpio y respetuoso con el medio ambiente. Esto ha permitido a los EE.UU convertirse en el líder mundial en producción de gas natural, superando a Rusia y preparándose para el fin del monopolio ruso del gas en Europa. Además, este nuevo gas de esquisto se encuentra en muchas partes del mundo y, en su momento, permitirá a la mayoría de los países del mundo independizarse de los productores de gas tradicionales. En consecuencia, la capacidad de los países con la mayor reserva de gas natural (Rusia e Irán) para controlar ese mercado se reducirá, junto con su influencia geopolítica en general.
Si este fuera el caso, entonces deberíamos esperar que el Kremlin, junto con Gazprom, estuviesen temblando de miedo. Pero ¿lo están? Esto es lo que el presidente de Gazprom, Alexei Miller, dijo recientemente a Süddeutsche Zeitung: “el gas de esquisto es una campaña global de relaciones públicas bien organizada. Hay muchas de ellas: enfriamiento global, los biocombustibles…”. Señaló que la tecnología para la producción de gas de esquisto tiene ya muchas décadas de antiguedad, y sugirió que los EE.UU han vuelto a ella por desesperación. Él lo descartó como una alternativa energética para Europa. ¿Es esto tan sólo el otro lado de la propaganda, o podría ser que Miller estuviese simplemente afirmando lo que es obvio? Vamos a explorar. Voy a basar mi exploración en las fuentes rusas, por lo que todos los números estarán en unidades métricas. Si usted quiere convertirlo a medida Imperial, 1 m³ = 35 pies cúbicos, 1 km² = .38 millas cuadradas, 1 tonelada = 1,1 toneladas cortas.
 
La cuenca de gas de esquisto mejor desarrollada es la Barnett en Texas, responsable del 70% de todo el gas de esquisto producido hasta la fecha. Con “desarrollada” quiero decir perforada y perforada y perforada, y entonces perforada un poco más: sólo en 2006 había tantos pozos perforados en Barnett como los que están produciendo actualmente en toda Rusia.
Esto es porque el pozo promedio de Barnett produce sólo alrededor de 6,35 millones de m³ de gas durante toda su vida útil total, lo que se corresponde con el rendimiento medio mensual de un pozo típico ruso que continúa produciendo durante un período de 15 a 20 años, lo que significa que el rendimiento de un pozo típico de gas de esquisto es por lo menos 200 veces más pequeño. Esta frenética actividad no puede detenerse una vez que un pozo ha sido perforado: a fin de continuar produciendo incluso esas exiguas cantidades, los pozos tienen que ser periódicamente sometidos a fracturación hidráulica, o “fracking”. Para producir cada 1000 m³ de gas, 100 kg de arena y 2 toneladas de agua, combinadas con un cóctel químico registrado, tienen que ser bombeadas en el pozo a alta presión. La mitad del agua vuelve a subir y tiene que ser procesada para eliminar los productos químicos. Los requisitos anuales de fracking para la cuenca Barnett suponen alrededor de 7,1 millones de toneladas de arena y 47,2 millones de toneladas de agua, pero las cifras reales son probablemente más bajas, ya que muchos de los pozos pasan la mayor parte del tiempo inactivos.
A pesar de la desesperada actividad de perforación/fracking, esto no son más que migajas para los estándares rusos. Las reservas probadas de Rusia de gas natural suman 43,3 billones de m³, que es aproximadamente un tercio del total mundial. Al ritmo actual de consumo eso es suficiente para 72 años. La producción de gas de Rusia se ve limitada por la demanda, no por la oferta; es baja en la actualidad, simplemente porque la eurozona se encuentra en medio de una crisis económica. Mientras tanto, la producción de EE.UU. ha salido adelante, sin ninguna razón adecuadamente investigada, tirando por los suelos los precios y haciendo que gran parte de ella no sea rentable.
Comparemos: el precio de Gazprom en boca de pozo va desde 3 a 50 dólares por 1000 m 3 dependiendo de la región. Compare esto con el gas de esquisto en los EE.UU. que va desde 80 hasta 320$ por 1000 m 3. A este precio, los EE.UU. no pueden darse el lujo de vender el gas de esquisto en el mercado europeo. Por otra parte, el volumen total de gas de esquisto que se producen en los EE.UU., incluso teniendo en cuenta el frenético ritmo de perforación de los últimos años, una vez limpiado, licuado, y embarcado rumbo a Europa en buques de transporte de gas licuado, no sería suficiente para llenar la reserva de la terminal de gas natural licuado de Gdansk, en Polonia, que se encuentra actualmente inactiva. Parece que Gazprom tiene poco de qué preocuparse.
Los EE.UU., por el contrario, tienen mucho de qué preocuparse. Se ha hablado mucho ya sobre la contaminación de los acuíferos y otras formas de destrucción ambiental que acompañan a la producción de gas de esquisto, así que no me ocuparé de ello aquí. En lugar de eso me centraré en dos aspectos que son igual de importantes pero han recibido muy poca atención.
En primer lugar, ¿qué es el gas de esquisto? Haga esta pregunta, y le contestarán: “¡No me jodas, es metano!” ¿Pero, lo es realmente? La composición del gas de esquisto es una especie de secreto de estado en los EE.UU. pero se ha filtrado información sobre el gas producido por los nueve proyectos de prueba polacos, y no es muy agradable: el gas de esquisto polaco resultó ser tan rico en nitrógeno que ni siquiera arde. Existe la tecnología para limpiar el gas que contiene, digamos, un 6% de nitrógeno, pero el gas de esquisto de Polonia está más cerca de un 50% , y, dados los altos costos de producción, los bajos rendimientos, el agotamiento rápido y la baja presión en boca de pozo, “limpiarlo” hasta lo especificado (1% de nitrógeno) probablemente resultaría en una pérdida neta de energía.
Incluso si el gas de esquisto es lo suficientemente bajo en nitrógeno para arder, los problemas no terminan ahí. También puede contener sulfuro de hidrógeno, que es tóxico y corrosivo y tiene que ser eliminado antes de que el gas puede ser almacenado o se inyecte en una tubería. Probablemente contiene tolueno y otros solventes orgánicos – ingredientes del cóctel de la fracturación hidráulica- que son cancerígenos. Por último, puede ser radioactivo. Todas las arcillas son moderadamente radiactivas, y la pizarra es una tipo de arcilla que, por decirlo de algún modo, es como si hubiese sido tratada térmicamente. Mientras que la pizarra de Barnett no es particularmente radiactiva, la de Marcellus, que recientemente ha sido foco de una frenética actividad de perforación, sí lo es. Gracias al gas de esquisto de Marcellus, gas radón radioactivo es suministrado directamente a su cocina, a través de los fogones de su cocina, o en una chimenea de la planta de energía a barlovento. Esto se espera que resulte en un aumento de las tasas de cáncer de pulmón en los próximos años.
En segundo lugar, ¿por qué diantre se está produciendo el gas de esquisto? Los precios del gas natural han caído por los suelos, y se encuentran actualmente alrededor de 2$ por cada mil pies cúbicos. Esto nos da unos 70$ por cada 1000m³. Si los costes de producción del gas de esquisto son de 80 a 320$ por cada 1000m³, no está claro cómo podría uno ganar algo de dinero con esto.
Pero tal vez ganar dinero no sea la cuestión. ¿Qué pasa si el gas de esquisto es sólo una campaña de relaciones públicas (con terribles efectos ambientales secundarios)? Volviendo a lo que Alexei Miller dijo, ¿y si el único objeto de todo esto fue aumentar la capitalización de la exploración de gas de esquisto y de las empresas de producción? La compañía número uno en el gas de esquisto es Chesapeake Energy, dueña de la cuenca Barnett y una “jugadora” importante en la cuenca de Marcellus. Esta compañía estuvo al borde de la bancarrota en 2009, pero luego se las arregló para volver a la senda de la rentabilidad en 2010 y 2011 a base de perforar, perforar y perforar, y luego perforar un poco más. El sesenta por ciento de sus ingresos proviene de operaciones de perforación. Y ahora hay un escándalo que involucra al (¿ex?) presidente de Chesapeake Energy: Aubrey K. McClendon, quien aparentemente se adjudicó una participación en cada pozo que su empresa perforó, que utilizaba a su vez como garantía para miles de millones en préstamos, los cuales utilizó posteriormente para apostar a que los precios del gas natural subirían (no lo han hecho). Mientras tanto, el numero de equipos de perforación de gas natural ha caido al nivel mas bajo en diez años. Teniendo en cuenta que los pozos de gas de esquisto se agotan muy rápidamente, parece que el boom del gas de esquisto se ha terminado.
Pero ahora que todo esto ha terminado, ¿qué ha sido esto, exactamente? Parece haber sido algo así como la burbuja de las punto-com: empresas sin una manera concebible de obtener beneficios utilizando el auto-bombo para atraer inversiones y elevar sus valoraciones. Desde 2008, diversos tipos de manipulación del mercado basados en publicidad engañosa se han convertido en el alimento básico de la vida económica en los EE.UU., así que no estamos ante nada nuevo ni diferente.
Una pregunta interesante es: ¿Qué clase de burbuja intentarán lanzar los EEUU después? Está por venir la salida a bolsa de Facebook. Facebook es una ridícula pérdida de tiempo y, como tal, parece un poco caro. ¿Vamos a tratar de hacer estallar una nueva burbuja de las puntocom? Otra ronda de hipotecas de alto riesgo no parece estar en el horno. ¿Qué puede hacer un “chico de la burbuja”? Si no hay burbujas que explotar, entonces es hora de volver sencillamente a imprimir más dinero.
Así que todo este asunto del gas de esquisto no funcionó como estaba previsto, ¿verdad? Pero ¿podría haber funcionado? Si hubiera resultado ser mucho mejor en todos los sentidos, ¿podría haber hecho oscilarse la influencia geopolítica alejándola de Rusia e Irán y acercándola de vuelta a los EE.UU.? Por desgracia, no.
Ya ves, no hay tal cosa como un mercado de gas natural global. Sí, hay algunos buques metaneros que navegan por ahí, pero eso es en gran medida un comercio de punto a punto. Hay un mercado cerrado norteamericano, un mercado europeo y otros mercados en la región Asia-Pacífica. Estos mercados no interactúan. El mercado norteamericano y el mercado europeo potencialmente podrían haber compartido un solo productor: Qatar. Qatar quiso hace tiempo exportar gas natural licuado a los EE.UU., pero después sin embargo decidió exportarlo a Europa, generando menores pérdidas, porque los precios europeos del gas son sustancialmente más altos. Y la razón por la que Qatar está “vertiendo” (sacando mediante “dumping”) gas natural en Europa es porque tiene el gas para verter: su campo de gas del norte es campo muy “húmedo”, con un porcentaje importante de gas natural condensado. La cuota de la OPEP de Qatar es 36-37 millones de toneladas de petróleo al año, pero el gas condensado natural no es considerado como el petróleo y no está regido por las cuotas de la OPEP. La explotación de la laguna de condensación permite a Qatar exportar 65,7 millones de toneladas: un 77% por encima de cuota. El GNL (Gas Natural Licuado) es sólo la producción concomitante, y Qatar puede darse el lujo de exportar GNL a Europa en pérdidas. Esta es una anécdota jugosa, pero en realidad no mucho más que una nota al pie de página, una excepción que confirma la regla: no existe un mercado mundial de gas natural.
Hay todavía hay, sin embargo, un mercado mundial de desinformación estadounidense y del bombo de las relaciones públicas, aunque esto también está cambiando. Visto desde Rusia está bastante claro de qué se trataba todo el tiempo: la propaganda estadounidense y chanchullos financieros.
No hay nada que ver aquí, circulen, circulen.
Kollapsnick
 

 

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