>Correspondencia con los lectores: La pregunta difícil

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Fuente: www.willielongiii.com

Queridos lectores,

Un lector me ha hecho llegar el siguiente mensaje, y me ha dado permiso para publicarlo en un post, este post (he preservado su contenido general pero he alterado algunos detalles para garantizar su anonimato). He aquí su carta:

Hola Antonio,

Pido disculpas si éste no es el medio más adecuado para dirigirme a ti. Me parecía el más directo y fiable… no lo sé.


Ante todo, un agradecimiento por tu blog “The Oil Crash”, el que sigo desde hace poco.
Sinceramente, llevo casi un año siguiendo el blog “Hacia el Colapso” y encuentro interesante y real todo lo que se comenta allí pero no me acaba de convencer al 100%…
Tras ver el tuyo, ver tu currículum, ver tu profesión y la cantidad de pruebas y gráficas que pones en tus post… tu blog me parece mucho más científico que “Hacia el colapso”.

Te escribo porque (quizás no he visto el post donde reciba una clara respuesta) estoy en una situación personal que empieza a ser crítica y… no me considero “de la borregada”… Tengo mis estudios (los universitarios inacabados por imbécil), ahora tengo 33 años, he trabajado 7 años en un conocido diario español como técnico hasta que nos hicieron un estupendo ERE en el 2009 que no fue sonado porque al ser un medio de comunicación, ellos mismos pueden tapar todo y hacer como si nada…

¡Tranquilo, que no estoy pidiendo un puesto de trabajo! Jajaja!


Te escribo para que me des tu opinión, tu consejo, lo que tú harías…

Y mi pregunta creo que se puede extender a casi el 100% de los españoles! (aunque haya muuuucha gente que no tiene ni idea de lo que significa y conlleva el Peak Oil).
Así pues, si quieres poner en el algún post “he recibido un correo donde me hacen estas cuestiones” o incluso si quieres pegar este correo o fragmentos, tienes mi completa autorización.

Verás… estuve desde Enero hasta Marzo (ambos inclusive) en Washington DC, USA. Tuve una historia con una mujer allí y estuve viviendo allí 3 meses. ¡Aquello es otro mundo!

Estando allí empecé a despertar de todo ese sueño profundo del que nos meten los medios de comunicación y la sociedad entera en sí… esa actitud consumista “despilfarrante”… eso que te transmiten constantemente: “tienes que tener el mejor coche”, “tienes que tener un ordenador con Gigas y Gigas y de lo último”, “tienes que tener una moto CBR 1100R R R special edition” o las estúpidas como la que dice aún a día de hoy (subliminalmente en películas o en la misma calle) “fuma y bebe whisky para ser un hombre” (esto lo pensé el otro día cuando ví la película “The Mechanic” recientemente estrenada, en la que se ve al actor Jason Stahman varias veces fumar y beber alcohol).
 

Fue en USA donde descubrí y empecé a leer Haciaelcolapso. Y he descubierto tu blog al ver una crítica por algún sitio que decía que “Hacia el colapso” es un plagio de tu trabajo.

En fin, respecto a lo de USA… tenía todas las opciones para quedarme allí… estaba a punto de conseguir un trabajo como profesor de español para niños… y… si me volví fue porque no vi clara la situación con la chica…


Y… no sé si cometí el error de mi vida o no…
No sé si es mejor emigrar a otro país… no sé…
Pero la pregunta general que te quiero lanzar es… “¿Cómo afrontar lo que se avecina…?”
Esto no es una crisis cualquiera… Hay mucha gente que piensa “crisis ha habido en varias épocas y al final se sale”… Creo que tú y yo sabemos que esta vez no es lo mismo….

Pues eso… ¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos los ciudadanos de “a pie”? Aquellos que no tenemos grandes ahorros…


Mi situación quizás es algo “privilegiada” respecto a la media española… y lo digo porque fui inteligente y NO me metí en una hipoteca (y mira que tuve oportunidades y un –sueldazo- como el que tenía para poder hacerlo)… no tengo hijos… no tengo ningún gran préstamo pendiente (mi única deuda es algún gasto acumulado en la VISA. Punto.).
Pero claro… estoy en el paro, cobro 995 euros al mes y se me acaba en febrero’12… Y como yo… 5,000,000 de personas y en aumento… ¿tanto podrán pagar las arcas del estado…?

La pregunta final… ¿Qué hago? ¿Qué opciones viables tenemos los usuarios de “a pie”?
Y otra pregunta… es, ya que he visto que el 19 de octubre das una charla en la UB, en Barcelona (donde yo vivo)… ¿se puede asistir libremente?

Y finalmente, gracias por molestarte en leer mi correo y un agradecimiento también por el trabajo que desarrollas en tu blog.

Un cordial saludo,

X.

Comencemos por el final: la charla del 19 de Octubre es más bien un debate sobre el futuro energético y el cambio climático, con la participación de Salvador Pueyo del Institut Català de Ciències del Clima, Sergi Saladié de la Universitat Rovira i Virgili y un servidor (quien desentona un poco al lado de los otros, la verdad sea dicha). El debate, que organiza la Coordinadora para la Salvaguarda del Montseny, comenzará a las 4 de la tarde en el Aula Magna de la Facultat de Biologia de la Universitat de Barcelona y está abierto a todo el público; ojo, se prevé que dure unas tres horas.

Vayamos ahora a la pregunta, a la difícil cuestión. Tiene razón X cuando dice que esta pregunta, en realidad, se la pueden hacer hoy millones de españoles y más que se la acabarán haciendo: y ahora, ¿qué? Por eso me ha parecido relevante destacarla hoy aquí, por su valor cada vez más universal. De tanto hablar de temas abstractos, de escenarios futuros, dejamos de ver el escenario concreto de la gente como X que en Febrero se queda sin nada; y ahora, ¿qué? El problema, como es natural, transciende el del Peak Oil, es un problema relacionado con la gravedad y profundidad de esta crisis económica; sin embargo, el que uno esté convencido o no sobre la inminencia, si no pasado, del Peak Oil es muy relevante, ya que la primera y principal consecuencia del mismo es el final del crecimiento. Y aunque eso del crecimiento económico es algo un tanto abstracto, se traduce en algo muy concreto: las malas perspectivas de volver a encontrar trabajo en general, y la tendencia a que esa falta de trabajo se agrave con el tiempo.


La mayoría de la gente que se ha ido al paro ha ido capeando esta crisis como ha podido, buscando pequeños trabajos que le permitieran ganarse unos euritos y apoyándose, los que han podido, en la familia y en los amigos. Poco a poco han ido acumulando deudas, monetarias y de gratitud, con su círculo inmediato, respaldadas con una convicción íntima: Es sólo por un tiempo, cuando las cosas mejoren os lo devolveré todo y con creces, y nunca olvidaré lo que habéis hecho por mi. Sin embargo, la ansiado recuperación económica no acaba de llegar; de hecho, se anuncia ya cada vez en voz más alta la llegada de la nueva recesión, una nueva caída de la actividad económica que agravará esta crisis que ya ha cumplido cuatro años, y los que han estirado como han podido su capital de ahorros y de relaciones ven que en vez de salir a flote están a punto de hundirse más. Y ahora, ¿qué?


Los que aún vivimos dentro del sistema pero que somos conscientes del Peak Oil (una ínfima minoría) aún podemos jugar a mantener la vida A, la estándar, mientras comenzamos a pensar en la vida B, en algunos casos incluso haciendo algunos pasos reales en esa dirección. Pero los que ya han sido excluidos de la vida A no tienen opción, no pueden esperar. Y ahora, ¿qué? Pues ahora es el momento de tomar una decisión drástica, mal que nos pese.

Si Vd., lector, se encuentra como X y está convencido de lo que implica el Peak Oil, comprenderá que sus posibilidades de reintegrarse en el sistema económico y social por la vía convencional son pequeñas, por no decir nulas. Es el momento de cambiar, de buscar una alternativa de vida.

Yo, tan integrado en mi vida A, no soy la persona más adecuada para preguntarle qué hacer. Cada semana recibo algún mensaje de alguien que me pide consejo, qué hacer. Y qué se yo, pobre de mi; yo voy haciendo actividades de concienciación tanto como puedo, tocando todas puertas que alcanzo y guardando en la recámara un par de planes y algunos recursos para cuando me tenga que replegar, sin realmente poner en marcha nada, en buena medida por lo muy absorbido que estoy por mi trabajo convencional (y las cuatro horas de tren diarias). Así que, querido lector, querido X, lo que ahora sigue son algunas ideas que se me ocurren más o menos de sentido común, sin más valor que la opinión de cualquier otra persona. Espero que los comentaristas, con sus inteligentes aportes cual suelen, puedan redondear el cuadro.

  • Hacer una valoración realista de tus posibilidades de conseguir un trabajo: Aunque sea mediocre en lo pecuniario. Lo ideal sería que comiences tu plan de transición, pero es muy difícil ejecutar tal plan si no tienes con qué financiarlo; sería todo mucho más fácil si tienes unos ingresos estables, aunque sean escasos (los pocos ahorros que consiguieras los dedicarías al plan de transición, el cual además te va a absorber tu tiempo libre, así que fíjate si podrás ahorrar en actividades de ocio). Mira cuál es el panorama laboral de tu ciudad y si realmente podrías intentar conseguir un trabajo, aunque sea inferior a tu capacitación. Rebaja tus expectativas, acepta tener que desplazarte. En suma, apura al máximo tus posibilidades. Si consigues el trabajo podrás ir más tranquilamente, si no…
  • Hazte un plan de mantenimiento: Ok, imaginemos que no consigues un trabajo, y en todo caso mientras lo buscas es importante que sigas viviendo: que sigas pagando el alquiler o la hipoteca, que comas, que consigas ropas y útiles de aseo. Si no consigues nada, si estás en riesgo de exclusión social, ve a Cáritas y ofrécete como voluntario en los comedores a cambio de alimento y la voluntad; es una dinámica peligrosa y no debes conformarte con eso, pero ahí al menos conseguirás manutención (eso lo tendrías de todos modos) y contactos. Interésate sobre todo por las posibilidades de salir de la ciudad e ir a trabajar en el campo, a través de los proveedores del comedor o de los que los regentan.
  • Abandona la ciudad: Si estás a punto de ser excluido socialmente, si no tienes opción de conseguir trabajo, entonces probablemente perteneces a esa mayoría que tendrá que desplazarse a trabajar al campo (la mano de obra en el campo aumentará mucho tras la transición). ¿A qué esperar? Cuando antes llegues antes comenzarás a aprender las nuevas habilidades que se necesitan. Vende tu piso o deja de alquilarlo y deshazte de los enseres más pesados, conserva lo mínimo. Si tienes conocimientos especializados (e.g., informática) quizá consigas trabajo en un ayuntamiento pequeño a cambio de un poco de dinero y quizá un jergón en alguna dependencia municipal (en los pueblos la gente acepta más fácilmente estas cosas); has de ser amable y tranquilo, a pesar de lo mal que se pongan las cosas, y tendrás que aguantar muchas humillaciones: tranquilidad, por tanto. Si tienes algún lazo con alguna pequeña localidad (hay o hubo familiares allí, tu familia tiene alguna propiedad, tienes amigos que vivan allí, etc) posiblemente sea el mejor sitio para volver a empezar.
  • No te hagas agricultor a la fuerza: El campo rinde poco hoy en día, apenas da para vivir a los agricultores, aunque está claro que en el medio y largo plazo será la base de la supervivencia de la sociedad. No creas que es imprescindible que te dediques a la agricultura; quizá puedas ser zapatero, herrero o algún otro oficio, hoy en desuso, que tendrá su utilidad en un futuro no tan lejano. Aprender un oficio lleva tiempo; identifica tu nicho y comienza a aprender, mejor a las órdenes de alguien que se dedique. Pero aprende también a cultivar al menos un poco: haz tu huerto o ayuda en uno.
  • Rebaja tus expectativas: Las cosas van a ser duras para todo el mundo, aunque no al mismo tiempo. A ti te toca tragar ahora, a los otros les tocará más tarde. Ten paciencia. Al final, de lo que se está hablando aquí es de sobrevivir, y no tanto de vivir, la Transición. No te vas a hacer rico y no vas a vivir con el bienestar de ahora. Y no hablo de irte de vacaciones 4 semanas al año, sino de poder ducharte cada día, por ejemplo. Los cambios son tan radicales que ahora mismo parecen ininmaginables y demenciales, imposibles teniendo en cuenta cómo vivimos.
  • Intégrate en tu comunidad: No vayas solamente a buscar tu salvación individual; tienes que entender que formas parte de una estructura superior. Tu resiliencia es la resiliencia de la comunidad en la que vivas, que tendrá que pasar tiempos difíciles, por ejemplo cuando vengan oleadas de refugiados de la ciudad o aparezcan salteadores. No puedes hacerlo solo; por tanto, no lo hagas. Si tu cuidas de tu vecino éste cuidará de ti.
  • Desconéctate de la economía tradicional tanto como puedas: Si tienes deudas intenta que el banco no te localice para embargarte lo poco que ganes, y no te obsesiones con tener dinero convencional (que se puede esfumar de un día para otro). Intenta que lo que consumas sea lo más local posible, y haz acopio de lo imprescindible que ahora sea fácil de conseguir y que en el futuro no lo será tanto; más aún, convence a tus vecinos a hacer lo mismo (e.g., herramientas). Acostúmbrate a tener una relación mental de los precios relativos de las cosas por si en un momento de hiperinflación o masiva deflación te ves forzado a hacer trueques. Reduce tus facturas de servicios (electricidad, agua,…) a la mínima expresión, ya que sus precios explotarán cuando se agudice la crisis.

 

En fin, éstas son son algunas ideas un poco arbitrarias, pero creo que se capta cuál es el espíritu general. Por supuesto estoy hablando de un horizonte temporal a corto plazo, unos pocos años a lo sumo; después, se tendrían que hacer transformaciones aún más profundad, pero entonces tendrás una idea más clara tú mismo de por dónde tirar, y en todo caso no me tendrás a mi para pedirme consejo.

Buena suerte.

Salu2,
AMT 

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